BOGOTÁ (AP) — El presidente colombiano Gustavo Petro recibió el martes en su despacho al expresidente Álvaro Uribe, el vocero más notable de su escasa oposición y quien le expresó su preocupación por las consecuencias que podría traer para la economía de Colombia la reforma tributaria que el gobierno impulsa en el Congreso.
Uribe explicó a la prensa tras salir de la reunión que le pidió a Petro “no desmotivar al aparato productivo” con la reforma tributaria y evitar la fuga de capitales, generando “confianza en la economía privada”.
La reunión tuvo lugar un día después de que miles de personas salieran a las calles en todo el país a manifestarse en contra de reformas del gobierno de Petro, especialmente de la tributaria.
La reforma tributaria es la propuesta legislativa más importante del gobierno de Petro, el primero de izquierda en el país, porque de ella dependería que pueda financiar ambiciosos proyectos sociales direccionados a reducir las brechas de desigualdad que prometió durante la campaña política.
El gobierno se propone recaudar ingresos por 25 billones de pesos para el 2023, que equivalen a 5.760 millones de dólares. Algunos congresistas han pedido rebajar el recaudo, sin embargo, el gobierno ha mantenido su meta.
El gobierno de Petro cuenta con las mayorías en el Congreso, incluso de partidos de doctrinas disímiles como el Conservador. La oposición la lidera el Centro Democrático, el partido fundado por Uribe.
En la reunión con Petro también participaron congresistas del Centro Democrático que manifestaron su preocupación por los impuestos que afectan los bolsillos de los más adinerados, como el impuesto al patrimonio o a la riqueza, a los dividendos y a las ganancias ocasionales como herencias, donaciones o premios de juegos de azar.
“Una reforma no puede sacrificar el crecimiento de la economía, la inversión, el empleo, el ahorro y el consumo”, advirtió el representante a la Cámara, Óscar Darío Pérez, uno de los asistentes a la reunión con Petro. Considera que el impuesto al patrimonio debe ser temporal y su tarifa progresiva, también advierte que hay que evitar que el impuesto a los dividendos se convierta en una doble tributación “que lo que hace es ahuyentar la inversión”.
La reforma tributaria aún no se ha votado en el Congreso y el gobierno se ha reunido con representantes de partidos políticos para acordar algunas modificaciones a la propuesta inicial, entre ellas que el impuesto al patrimonio sea gradual y que los pequeños accionistas no paguen un impuesto a los dividendos adicional, sólo los grandes.
El ministro del Interior, Alfonso Prada, dijo a la prensa al término de la reunión que la oposición apoyó la mayoría de la reforma tributaria y las observaciones se limitaron a pocos puntos que revisarán.
Prada se mostró optimista y vaticinó que la reforma tributaria será “votada mayoritariamente” luego de algunos ajustes.
Uribe, por su parte, agradeció a Petro su disposición de diálogo y aseguró que su intención es hacer una oposición constructiva. “Queremos contribuir a que se entienda al gobierno de Petro como de democracia social, no que se pudiera catalogar del fracasado socialismo del Siglo XXI”, aseguró Uribe.
Petro, quien en su juventud fue guerrillero, recibió durante la campaña presidencial críticas constantes de sus opositores que advertían que podría convertir a Colombia en “otra Venezuela”, en referencia a cambios profundos en el modelo económico que derivaran en una crisis. Petro firmó bajo juramento que no expropiará bienes, para calmar a sus opositores.