MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El fallo de Cannon anula la directriz con la que el investigador especial independiente encargado de revisar las pruebas recabadas durante el registro, el juez Raymond J. Dearie, solicitó a la defensa de Trump que emitiera una declaración jurada sobre si algo de lo incautado que aparece en el listado del FBI no se encontraba en ese momento en Mar-a-Lago.
Cannon sostiene que Dearie se habría excedido y que no existe requisito alguno que obligue al demandado a presentar objeciones finales ante la posible inexactitud del inventario del demandante, sus descripciones o su contenido y que si surgen cuestiones a lo largo de la revisión, ambas partes deberán ponerlas en conocimiento del investigador especial para resolución frente al tribunal.
Desde que se produjo el registro de su lujosa mansión en Palm Beach, Florida, Trump ha insinuado en varias ocasiones, sin ofrecer prueba alguna, que el FBI podría haber colocado pruebas que le inculparan. El Departamento de Justicia informó de que requisaron alrededor de veinte cajas repletas de carpetas con documentación clasificada, algunas de ellas con la etiqueta de alto secreto.