MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Las protestas de Tishreen, que dejaron al menos 600 muertos en todo el país por la reacción de la Policía iraquí y las milicias proiraníes, estallaron en la capital en octubre de 2019 y durante varios meses exigieron el fin del sistema de gobierno vigente desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, el fin de la corrupción, mejores servicios básicos y empleo.
El entonces primer ministro, primer ministro Adil Abdul Mahdi, iniciaron reformas a la ley electoral y forzaron las elecciones parlamentarias del 10 de octubre de 2021; unos comicios en los que el clérigo Muqtada al Sadr se alzó con la victoria. Hasta ahora, sin embargo, ha sido incapaz de formar gobierno, su bloque se ha retirado de las negociaciones y del Parlamento, y el presidente de la cámara, Mohamed al Halbusi, ha presentado su dimisión aunque, pese a ello, ha sido confirmado en su cargo.
Este sábado, la carga policial se ha concentrado en el puente de Al Jumhuriyah que conduce a la Zona Verde de la capital, donde se encuentran las principales instituciones estatales del país y las sedes diplomáticas internacionales, según informa la agencia oficial de noticias iraquí INA.
Los manifestantes comenzaron la marcha en la plaza de Tahrir, donde comenzaron a portar banderas iraquíes y, como ya hicieran hace tres años, a corear consignas contra la corrupción en medio de un importante despliegue policial ordenado por el actual jefe del Gobierno, Mostafá al Kazemi.
