MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La cantidad de energía liberada en este "mega-terremoto" se estima en 10 elevado a 23 julios, que es unas 50.000 veces más energía que la liberada en el terremoto de magnitud 9,1 de Sumatra en 2004, según concluye Hermann Bermúdez, de la Universidad de Montclair State, en un artículo que se presenta en la reunión de la Geological Society of America (GSA Connects 2022).
A principios de este año, Bermúdez visitó afloramientos del límite del evento de extinción masiva Cretácico-Paleógeno (K-Pg) en Texas, Alabama y Mississippi para recopilar datos, complementando su trabajo anterior en Colombia y México documentando evidencia del impacto catastrófico.
En 2014, mientras realizaba trabajo de campo en la isla Gorgonilla de Colombia, Bermúdez encontró depósitos de esférulas: capas de sedimento llenas de pequeñas perlas de vidrio (de hasta 1,1 mm) y fragmentos conocidos como "tectitas" y "microtectitas" que fueron expulsados la atmósfera durante un impacto de asteroide. Estas perlas de vidrio se formaron cuando el calor y la presión del impacto derritieron y dispersaron la corteza terrestre, expulsando pequeñas gotas derretidas a la atmósfera, que luego cayeron a la superficie como vidrio bajo la influencia de la gravedad.
Las rocas expuestas en la costa de la isla Gorgonilla cuentan una historia desde el fondo del océano, aproximadamente a 2 km de profundidad. Allí, a unos 3.000 km al suroeste del lugar del impacto, arena, lodo y pequeñas criaturas oceánicas se acumulaban en el fondo del océano cuando impactó el asteroide. Capas de lodo y arenisca hasta 10 a 15 metros por debajo del fondo del mar experimentaron deformación de sedimentos blandos que se conservan en los afloramientos hoy, que Bermúdez atribuye a la sacudida del impacto.
Las fallas y deformaciones debidas a la sacudida continúan a través de la capa rica en esférulas que se depositó después del impacto, lo que indica que la sacudida debe haber continuado durante las semanas y meses que tardaron estos depósitos de grano más fino en llegar al fondo del océano. Justo encima de esos depósitos de esférulas, las esporas de helecho conservadas señalan la primera recuperación de la vida vegetal después del impacto.
Bermúdez explica en el abstract: "La sección que descubrí en la isla Gorgonilla es un lugar fantástico para estudiar el límite K-Pg, porque es uno de los mejor conservados y se encuentra en lo profundo del océano, por lo que no se vio afectado por los tsunamis".
También se conservan evidencias de la deformación del megaterremoto en México y Estados Unidos. En la exposición de El Papalote en México, Bermúdez observó evidencia de licuefacción, cuando una fuerte sacudida hace que los sedimentos saturados de agua fluyan como un líquido.
En Mississippi, Alabama y Texas, Bermúdez documentó fallas y grietas probablemente asociadas con el megasismo. También documentó depósitos de tsunami en varios afloramientos, dejados por una enorme ola que fue parte de las catástrofes en cascada resultantes de la colisión del asteroide.