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El PNUD pide reestructurar la deuda de los países más pobres para evitar "una gran crisis sistémica"

El mercado de deuda soberana está en un momento propicio a la renegociación similar al de 1980, según los economistas del PNUD

MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha advertido de que si no se consigue aliviar la deuda de la mitad de los habitantes más pobres del planeta se provocará "una gran crisis sistémica de desarrollo".

La afirmación se basa en que 54 países en vías de desarrollo que representan a más de la mitad de las personas más pobres del mundo necesitan un alivio urgente de la deuda como resultado de las "crisis mundiales en cascada", según un informe del PNUD.

"El alivio de la deuda sería una píldora pequeña para los países ricos, pero el coste de la inacción es brutal para los más pobres del mundo. No podemos permitirnos repetir el error de proporcionar muy poco alivio, demasiado tarde, en la gestión de la carga de la deuda de las economías en desarrollo", ha apuntado el administrador del PNUD, Achim Steiner.

En particular el PNUD advierte que "los riesgos de la inacción son nefastos" si estos países no consiguen acceder a una "reestructuración efectiva" de la deuda, ya que aumentará la pobreza y no se producirán las inversiones "tan necesarias" para la adaptación y la mitigación del los efectos del cambio climático cuando son precisamente estos países los más vulnerables a los cambios en el clima.

El informe, titulado 'Avoiding 'Too Little Too Late' on International Debt Relief' (Evitar que el alivio de la deuda internacional llegue demasiado tarde y sea demasiado pequeño), pone de relieve los efectos de las respuestas de los gobiernos a la reciente crisis económica y advierte de sus posibles repercusiones. Ante este panorama, el documento expone una serie de medidas políticas para la reestructuración de la deuda que podrían ayudar a frenar la crisis de la deuda.

MOMENTO PROPICIO PARA UN ACUERDO

El PNUD recuerda que las condiciones del mercado están cambiando rápidamente, ya que la contracción fiscal y monetaria sincronizada y el bajo crecimiento están alimentando la volatilidad en todo el mundo: 19 economías en desarrollo están pagando ahora más de 10 puntos porcentuales por encima de los bonos del Tesoro de Estados Unidos para pedir dinero prestado en los mercados de capitales, lo que les ha dejado fuera del mercado. Los tenedores de muchos bonos de economías en desarrollo están viendo cómo se negocian con grandes descuentos de entre 40 y 60 centavos de dólar.

Un acuerdo sobre la deuda podría estar ahora en el horizonte: estas condiciones de mercado animan a los acreedores privados a negociar un alivio de la deuda dentro del Marco Común para el Tratamiento de la Deuda del G-20. El aumento de los tipos de interés, la fortaleza del dólar y la inminente recesión mundial podrían cambiar su posición negociadora.

El PNUD destaca que los países ricos tienen los recursos necesarios para poner fin a la crisis de la deuda, que se ha deteriorado rápidamente en parte como consecuencia de sus propias políticas internas. Estas políticas han disparado los tipos de interés en las economías en desarrollo y han hecho huir a los inversores.

Esta semana los ministros de finanzas del G-20 se reunirán en Washington justo antes de las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI. Las condiciones son propicias para que acreedores y deudores inicien las conversaciones de reestructuración de la deuda dentro del Marco Común del G-20 y eviten una crisis de la deuda de los países en desarrollo que, de lo contrario, podría derivar en una crisis de desarrollo a largo plazo.

El documento propone un camino a seguir para el Marco Común sobre la reestructuración de la deuda, centrándose en áreas clave: el análisis de la sostenibilidad de la deuda, la coordinación de los acreedores oficiales, la participación de los acreedores privados y el uso de cláusulas de deuda contingente del Estado que apuntan a la futura resiliencia económica y fiscal.

El PNUD propone que el Marco Común se centre en reestructuraciones integrales que permitan a los países un retorno más rápido al crecimiento, a los mercados financieros y al progreso del desarrollo.

"Cuando los bonos de los mercados emergentes cotizan a 40 centavos de dólar, los acreedores privados se vuelven repentinamente más abiertos a la negociación. El ingrediente que falta en este momento son las garantías financieras de los principales gobiernos acreedores para cerrar un acuerdo. Los bonos Brady fueron motivo suficiente para que los acreedores se sentaran a la mesa en la década de 1980. Nos acercamos a un momento similar en 2022", ha señalado el economista principal del PNUD, George Gray Molina.

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