LONDRES (AP) — Los agentes de la Policía Metropolitana de Londres incumplen la ley sin consecuencias y el sistema para investigar la mala conducta policial está marcado por el racismo y la misoginia, según indicó un reporte el lunes.
Los policías “salen impunes de la mala conducta, pero también del comportamiento penal” sin ser despedidos, afirmó la autora del informe, Louise Casey, en una nueva crítica dura al mayor cuerpo de policía británico.
“Los casos tardan demasiado en resolverse, es más probable que las acusaciones sean ignoradas que abordadas, la carga sobre los que expresan sus preocupaciones es demasiado pesada y hay una disparidad racial en todo el sistema, en la que los agentes blancos reciben un trato menos duro que los agentes negros o asiáticos”, dijo Casey en una carta al jefe de policía, Mark Rowley.
Casey, una experimentada exfuncionaria del gobierno, recibió el encargo de investigar a la policía londinense tras una serie de controversias sobre supuesta misoginia y racismo entre los agentes. El lunes presentó un reporte preliminar, antes de un informe completo previsto para el año que viene.
Un agente de policía, Wayne Couzens, fue condenado el año pasado por el secuestro, violación y asesinato de una mujer que volvía a pie a su casa por la noche en Londres. El asesinato de Sarah Everard a manos de un agente en activo conmocionó al país, y la posterior gestión de la policía de las vigilias y protestas por la muerte de Everard, en las que se detuvo a mujeres por incumplir las restricciones contra el coronavirus, fue muy criticada.
Otra investigación este año condenó la cultura de misoginia, abusos y acoso sexual en una comisaría de Londres, Charing Cross.
El cuerpo también ha sido criticado por cómo gestionó el caso de dos hermanas negras asesinadas en un parque de Londres en 2020 -los cuerpos fueron encontrados por un grupo de búsqueda organizado por la familia porque la policía no las estaba buscando- y por no detener al asesino en serie Stephen Port, que drogó y mató a cuatro hombres a los que conoció en internet.
Cressida Dick renunció en febrero a su cargo como jefa de policía después de que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijera que no estaba haciendo suficiente para reformar de forma urgente el cuerpo y recuperar la confianza del público. La Policía Metropolitana quedó en junio bajo “medidas especiales” de la agencia británica de supervisión policial.
Rowley, que sucedió a Dick, dijo que el cuerpo despedía a entre 30 y 50 agentes y empleados al año, pero que la cifra debería ser mucho más alta.
“Uno tiene que llegar a la conclusión de que habrá cientos de personas que no deberían estar aquí, a las que se debería echar”, dijo. “Habrá cientos que se comportan de forma vergonzosa, socavando nuestra integridad y deben ser expulsadas”.
El gobierno británico dijo que revisaría el sistema y los procedimientos para despedir a policías.
Los fallos descubiertos por Casey son “completamente inaceptables”, dijo Rowley.
“Lo siento por aquellos a los que hemos defraudado: tanto la población como nuestros agentes honestos y dedicados”, dijo en una carta a Casey. “La población merece una Met mejor, al igual que nuestra buena gente que lucha cada día por marcar una diferencia positiva a los londinenses”.