MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El escritor Alejandro Palomas, que acaba de publicar el libro 'Esto no se dice' (Editorial Destino), en el que relata los abusos sexuales que sufrió entre los 8 y los 9 años por parte de un religioso y profesor de su colegio, ha revelado que no ha ido ni tiene pensado acudir a contar su testimonio a la comisión del Defensor del Pueblo encargada de investigar los abusos en la Iglesia, porque le parece "inútil", un "maquillaje".
"No (he ido al Defensor del Pueblo) porque me parece inútil, me parece que mi caso va a quedar ahí registrado y no va a pasar nada, estoy haciendo un favor a alguien que no nos está haciendo ningún favor, me parece una pérdida de tiempo", ha manifestado Palomas este miércoles, en una entrevista concedida a Europa Press, con motivo de la publicación de su libro.
A su juicio, la investigación encargada por el Parlamento al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, "no va a servir de nada" sino solo como un "maquillaje" y se muestra escéptico ante la "ridícula e irrisoria" cifra de unas 200 víctimas de las que han recogido el testimonio. "Va a servir para que, mientras tanto, si en algún momento hay que hablar de esto, el Gobierno pueda decir: 'No, si ya estamos trabajando en ello'", ha declarado.
Según ha precisado Palomas, el Defensor "no tiene ningún poder coercitivo para hacer que la Iglesia dé toda la documentación necesaria" por lo que considera que "es una comisión abortada".
En su lugar, propone imitar a otros países como Francia, Escocia, Irlanda o Australia y poner en marcha "una comisión de la verdad con expertos reales" y con "gran presupuesto" para dibujar un gran "mapa" de los abusos. Si bien, ha reconocido que esto requiere mucho tiempo y trabajo, un tiempo que, a su parecer, no puede dedicar un Defensor del Pueblo que tiene otras mil tareas. "Esto requiere una dedicación exclusiva porque es inmenso", ha apostillado.
PIDE UNA NUEVA REUNIÓN CON SÁNCHEZ
Además, Palomas ha reclamado al Gobierno que pida "perdón" por los abusos a menores y dice que le gustaría que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, le recibiera otra vez, al igual que hizo el pasado mes de febrero, después de que el escritor denunciara públicamente los abusos que había sufrido cuando era un niño en el colegio de La Salle de Premià de Mar (Maresme, Barcelona).
"Lo que hay que hacer, si tenemos un presidente del Gobierno que realmente está dispuesto a luchar por esto, aunque solo sea a conseguir un 10% del fin que yo creía que se podía conseguir, es escuchar otra vez, volver a reunirnos, volver a hablar para que él sepa, esté informado, creo que debería volver a recibirme, me encantaría; creo que debería, si realmente le interesa, estar pendiente, hacer un seguimiento de esto porque es muy grave", ha abundado Palomas.
Respecto a la reparación, el escritor afirma que "cada víctima necesita una reparación distinta" que puede ir desde la petición de perdón hasta la reparación económica. En su caso, dice que no sabe si contemplaría una indemnización. "No lo sé, tendría que pensarlo", responde, al tiempo que puntualiza que, en estos momentos, lo que está siendo muy reparador para él es "ser la voz de todos los que no la tienen" y "tocar las fibras de la sociedad".
Preguntado por la Ley de Infancia y por si la figura del coordinador de bienestar en los colegios podría haber evitado los abusos que él sufrió, Palomas duda que se pudiera haber evitado "del todo" porque considera que "hay que actuar desde el primer eslabón que es el Gobierno" que debe "reconocer esto como un problema real que no ha dejado de existir". "El Congreso y el Gobierno deberían ser los primeros en pedir perdón", ha insistido.
A su juicio, habría que crear "una red de defensa" para que los niños y niñas que estén sufriendo abusos puedan, en cualquier momento, entrar en contacto con alguien que les ayude. En este sentido, Palomas cuenta que a él le escriben "muchísimos adolescentes" preguntándole qué hacer. "Yo les digo: 'Tenéis que ir a la Policía'", ha explicado.
Además, a todos los jóvenes que estén sufriendo abusos en la actualidad o los hayan padecido y que incluso hayan pensado en acabar con su vida, algo que también él se planteó, el escritor les dice que "el camino es largo pero se puede seguir", que "van a necesitar ayuda de terapia --para él es su "silla de ruedas"-- y apoyo familiar" pero que "no están solos". "Yo he salido y soy feliz", zanja Palomas, añadiendo que siempre ha tenido una mano que le ha salvado, ya fuera la de su madre --su gran apoyo--, la de su perro Rulfo o la de la lectura y la escritura.
QUE LA IGLESIA INVESTIGUE Y ENTREGUE A LOS SOSPECHOSOS
Por parte de la Iglesia, el autor no espera peticiones de perdón, sino que "investigue a todos los sospechosos, que los entregue a la Justicia, que sean los primeros en denunciar" y que deje de haber "encubrimientos", como denuncia que ha ocurrido con su abusador.
Aunque cuando contó su historia en los medios la congregación a la que pertenecía su abusador intentó un "acercamiento", Palomas no quiso porque estaba "cansado de responder a requerimientos".
Al religioso que abusó de él no volvió a verle nunca más en persona, solo una vez por la televisión, cuando se puso malo al ver que continuaba trabajando con niños. Este pasado fin de semana, el religioso murió a los 90 años y Alejandro Palomas cuenta que su reacción al conocer la noticia fue "vomitar". "Ha muerto la persona que me mató", resume.
Con este libro y, en general, con su testimonio, Palomas dice que solo con que ayude a que se salve un niño de los abusos, ya habrá cumplido su función. En todo caso, insiste en la necesidad de una mayor concienciación sobre el problema de los abusos a menores.
"Es un tema que nos afecta a todos, no solo a las personas que han sido abusadas sino a los niños que en este momento están siendo abusados, es un problema presente, no del pasado, es lo que me gustaría que el mundo y este país entendiera, que estamos jugando a una ruleta rusa, uno de cada cinco niños en este país está siendo o va a ser abusado", ha alertado.