MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Se trata de habilidades que pueden haber evolucionado conjuntamente tanto en humanos como en focas, según publican en la revista 'Biology Letters' científicos del Instituto Max Planck de Psicolingüística en Nimega y el Sealcentre Pieterburen.
Los biólogos evolucionistas creen que nuestras capacidades para el habla y la música pueden estar relacionadas: sólo los animales que pueden aprender nuevas vocalizaciones -como los humanos y los pájaros cantores- parecen tener sentido del ritmo.
"Sabemos que nuestros parientes más cercanos, los primates no humanos, necesitan ser entrenados para responder al ritmo --explica la primera autora, Laura Verga, del Instituto Max Planck--. E incluso cuando se les entrena, los primates muestran capacidades rítmicas muy diferentes a las nuestras".
Los investigadores decidieron probar las capacidades rítmicas de las focas, animales conocidos por su capacidad de aprendizaje vocal. El equipo creó primero secuencias de vocalizaciones de focas.
Las secuencias diferían en tres propiedades rítmicas: el tempo (rápido o lento, como los tiempos por minuto en la música), la longitud (corta o larga, como la duración de las notas musicales) y la regularidad (regular o irregular, como un metrónomo frente al ritmo del jazz libre).
El equipo hizo pruebas con veinte focas jóvenes, recluidas en un centro de rehabilitación antes de ser liberadas en la naturaleza. Utilizando un método de estudios sobre bebés humanos, el equipo registró cuántas veces las focas giraron la cabeza para mirar la fuente de sonido (a sus espaldas).
Este comportamiento de mirar indica si los animales (o los bebés) encuentran un estímulo interesante. Si las focas pueden discriminar entre diferentes propiedades rítmicas, es posible que miren durante más tiempo o con más frecuencia cuando escuchen una secuencia que prefieran.
Las focas miraban más a menudo cuando las vocalizaciones eran más largas, más rápidas o rítmicamente regulares. Esto significa que las focas de 1 año -sin entrenamiento ni recompensas- discriminaron espontáneamente entre secuencias regulares (metronómicas) e irregulares (arrítmicas), secuencias con notas cortas frente a largas y secuencias con ritmo rápido frente a lento.
"Otro mamífero, aparte de nosotros, muestra el procesamiento del ritmo y el aprendizaje de la vocalización --resalta Verga--. Esto supone un avance significativo en el debate sobre los orígenes evolutivos del habla y la musicalidad humanas, que siguen siendo bastante misteriosos. Al igual que en el caso de los bebés humanos, la percepción del ritmo que encontramos en las focas surge en las primeras etapas de la vida, es robusta y no requiere ni entrenamiento ni refuerzo".
Ahora Verga y su equipo quieren averiguar si las focas perciben el ritmo en las vocalizaciones de otros animales, o incluso en sonidos abstractos. También buscan comprobar si otros mamíferos muestran las mismas habilidades.