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Frío y material insuficiente en la caótica movilización rusa

ARCHIVO - El presidente de Rusia, Vladimir Putin estrecha la mano de un soldado durante una visita a un centro de instrucción militar en el Distrito Militar Occidental para reservistas movilizados, mientras el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, en AP (Mikhail Klimentyev/AP)

Los reservistas movilizados a los que visitó la semana pasada el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un campo de tiro al sureste de Moscú se veían perfectos en la imagen.

El video del Kremlin de los jóvenes que se preparaban para la guerra en Ucrania les mostraba con uniformes impolutos y equipados con todo lo necesario para el combate: cascos, chalecos antibalas y sacos de dormir. Cuando Putin les preguntó si habían tenido algún problema, negaron con la cabeza.

La escena es un gran contraste con las numerosas quejas que circulan en medios rusos y medios sociales sobre la falta de equipo, las malas condiciones del alojamiento y la escasa instrucción para los nuevos reclutas.

Desde que Putin anunció la movilización del 21 de septiembre, medios independientes, activistas de derechos humanos y los llamados a filas han descrito un sombrío panorama de una operación peligrosa, caótica y con prejuicios étnicos para conseguir cuantos más hombres mejor y arrastrarlos con rapidez al frente sin importar su habilidad, formación o equipamiento.

Videos en medios sociales rusos mostraban a hombres reclutados que se quejaban de acuartelamientos abarrotados y sucios, retretes que rebosaban de desperdicios y falta de comida y medicamentos. En algunos, los hombres enseñaban armas oxidadas.

En un video, un grupo de reclutas reunidos en un campo aseguran que les dejaron allí sin comida ni cobijo. Otros mostraban a hombres obligados a dormir en bancos desnudos o apretados en el suelo.

“Nosotros no les buscamos, ustedes nos llamaron. Miren, ¡vean esto! ¿Cuánto puede durar esto?”, pregunta una persona exasperada en una de las grabaciones.

El decreto de Putin de movilización parcial no detallaba los criterios del reclutamiento ni decía cuántos habría. El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, ha dicho que afectará sólo a unos 300.000 reservistas con experiencia de combate o servicio relevante.

Las protestas contra la leva han sido reprimidas con dureza y decenas de miles de hombres huyeron de Rusia a países vecinos para evitar alistarse.

En la semana posterior al decreto, un joven abrió fuego contra un oficial de reclutamiento en la ciudad siberiana de Ust-Ilimsk y lo hirió de gravedad. El 15 de octubre hubo un tiroteo en un campo de instrucción en la región sureña de Belgorod con 11 muertos y 15 heridos. También se ha prendido fuego a oficinas de reclutamiento y otros edificios administrativos.

Ha quedado claro que en un país donde casi todos los hombres menores de 65 están registrados como reservistas, el proceso de movilización no se hizo con cuidado. Hay abundantes reportes de citaciones entregadas a personas sin experiencia militar. La policía dio el alto hombres en las calles de Moscú y otras ciudades, o hizo redadas en hostales para detener a huéspedes en edad de combatir. A menudo, las oficinas de reclutamiento se saltaban las revisiones médicas obligatorias.

La acelerada llamada a filas difícilmente logrará otra cosa que “hacer más lentos los avances” de las tropas ucranianas en la guerra iniciada hace ocho meses, según dijo en una entrevista el analista militar Pavel Luzin.

Moscú simplemente está “prolongando la agonía” en Ucrania, dijo Luzin, profesor visitante en la Fletcher School de la Universidad Tufts.

Los activistas también dicen que en algunas regiones se ha reclutado de forma desproporcionado a miembros de minorías étnicas. Se difundieron videos de protestas en la región de Dagestan, de mayoría musulmana y donde las familias denunciaban que se estaban reuniendo más reclutas allí que en otros lugares.

En el remoto norte de Rusia y a lo largo de la frontera con Mongolia hubo ciudadanos indígenas “detenidos en sus pueblos” dentro de la movilización, según dijo a AP Vladimir Budaev, de la Fundación Buryatia Libre.

En regiones remotas de Sakha y Buryatia, agentes de reclutamiento peinaron la taiga en busca de posibles soldados y “entregaron citaciones a todo el que vieron”, dijo.

Buryatia ha registrado tasas de movilización hasta seis veces más altas que las regiones europeas de Rusia, afirmó Yekaterina Morland, voluntaria de etnia buryat de la Fundación Asiáticos de Rusia.

En las dos primeras semanas de la operación, las autoridades en algunas regiones dijeron haber enviado de vuelta a casa a cientos de hombres reclutados pese a que no cumplían los criterios.

“La tarea de una oficina de alistamiento militar es reclutar, reclutar a quien sea que puedan agarrar”, dijo Elena Popova, coordinadora del Movimiento de Objetores de Conciencia.

El propio Putin reconoció “errores” en el proceso y exigió mejoras.

Pero incluso cuando las citaciones llegaron a personas que habían servido en el ejército, eso no significaba necesariamente que tuvieran experiencia de combate. Algunos exmilitares a menudo no recibieron instrucción adecuada durante su servicio y en su lugar desempeñaron labores de servicio.

Una mujer que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato por temor a represalias dijo que su esposo de 31 años había cumplido su servicio militar obligatorio seis años antes y no había recibido “ni instrucción en un campo de tiro ni ningún ejercicio de combate sobre el terreno”, pero las autoridades habían intentado alistarle de todos modos.

De hecho, sólo había sostenido un arma en la mano una vez, cuando se les enseñó a desmontar y volver a montar un rifle automático, explicó. Principalmente “barrían (el complejo), despejaban la nieve”.

Parientes de los reclutas dijeron que habían tenido que gastar su propio dinero para conseguir material y productos básicos. Se formaron grupos en internet para reunir fondos para comprar equipo.

Una de esas campañas estaba dirigida por el presentador de la televisión estatal y legislador con apoyo del Kremlin Yevgeny Popov, que dijo que los reservistas de la división de artillería de Taman habían recibido zapatos y ropa, pero tenían “una grave falta de drones, walkie-talkies, smartphones con mapas (para los artilleros), binoculares, luces frontales (y) baterías de reserva”, dijo.

Medios rusos informaron de la muerte de varios reservistas en Ucrania y su familiares dijeron a la prensa que habían recibido muy poca instrucción.

Cuando un periodista le preguntó por qué habían muerto varios reservistas en Ucrania apenas tres semanas después de ser alistados, Putin confirmó que la formación podía durar entre 10 y 25 días.

Rusia no tiene capacidad de formar a miles de hombres, dijo Luzin, el analista militar. “El ejército no estaba preparado para la movilización. Nunca se preparó para ello”, dijo.

Putin ha prometido completar la movilización para noviembre, cuando está prevista la llamada habitual a filas del otoño. Expertos militares y grupos de derechos dicen que las oficinas de alistamiento y campos de instrucción no pueden procesar las dos operaciones a la vez, y advirtieron de que la llamada podría reanudarse con meses de retraso.

Para mediados de octubre se habían reunido 222.000 reservistas, dijo Putin. No estaba claro si sería posible reclutar a otros 80.000 en las dos semanas que restaban.

Aunque ya no hay masas de hombres rusos huyendo del país y las protestas callejeras prácticamente se han detenido, aún quedan algunos que se resisten.

Medios independientes y de oposición han publicado instrucciones para evitar de forma legal la llamada a las armas. Grupos de derechos recomiendan a los hombres que no firmen las citaciones, un requisito para que se considere que se han entregado oficialmente, y que no se acerquen a oficinas de reclutamiento.

Algunos hombres solicitan un servicio civil alternativo, un derecho que según abogados está garantizado por la Constitución.

Kirill Berezin, de 27 años, respondió a una citación que pasaron bajo su puerta de su apartamento de San Petersburgo yendo a una oficina de alistamiento para solicitar el servicio civil alternativo, pero le llevaron a una división militar de todos modos, dijo su amiga Marina Tsyganova.

Berezin, que lleva desde entonces en un centro de instrucción en el sur de Rusia, presentó un documento a sus comandantes que decía que “no puede servir con armas, no puede matar gente y ayudar a la gente que lo hace” porque es “contrario a mi conciencia”.

Tsyganova dijo a AP que le había representado en una corte de San Petersburgo, que rechazó la demanda la semana pasada y afirmó que sólo los reclutas regulares menores de 27 años podían optar al servicio civil alternativo. Su equipo de defensa tiene previsto apelar, dijo ella, y al menos esperaba que no fuera enviado a Ucrania mientras continuara la batalla legal.

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Este despacho fue elaborado por The Associated Press desde fuera de Rusia.

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