MOSCÚ (AP) — El presidente ruso Vladimir Putin negó el jueves tener intenciones de emplear armas nucleares en Ucrania, pero describió el conflicto en ese país como parte de los supuestos esfuerzos de Occidente por asegurar su dominio mundial, los cuales insistió en que están condenados al fracaso.
Durante una conferencia de expertos en política internacional, Putin dijo que no tiene sentido que Rusia ataque a Ucrania con armas nucleares.
“No le vemos ninguna necesidad”, aseguró. “Eso no tiene sentido, ni político, ni militar”.
Putin señaló que una advertencia anterior de su disposición a utilizar “todos los medios a su disposición para proteger a Rusia” no equivalía a un estratagema nuclear, sino que era simplemente una respuesta a las declaraciones de Occidente sobre su posible uso de armas nucleares.
Se refirió en particular a Liz Truss, quien en agosto mencionó que estaría dispuesta a usar armas nucleares en caso de convertirse en primera ministra británica, un comentario que Putin dijo que preocupó al Kremlin.
“¿Qué se supone que debíamos pensar?", dijo Putin. “Lo percibimos como una postura coordinada, un intento de chantajearnos”.
En su largo discurso lleno de diatribas contra Estados Unidos y sus aliados, Putin los acusó de tratar de dictar sus términos a otras naciones en un juego de dominación “peligroso, sangriento y sucio”.
Putin, quien ordenó a sus soldados invadir Ucrania el 24 de febrero, ya ha tratado antes de explicar el respaldo de Occidente a Ucrania como parte de esfuerzos a gran escala de parte de Washington y sus aliados para ejercer su voluntad sobre los demás a través de un orden mundial basado en reglas. Argumentó que el mundo ha llegado a un punto de inflexión, en el que “Occidente ya no puede dictar su voluntad a la humanidad, pero todavía intenta hacerlo, y la mayoría de las naciones ya no quieren tolerarlo”.
Según el presidente ruso, las políticas occidentales fomentarán más caos, y agregó que “el que siembra viento, cosechará tempestades”.
Putin declaró que “la humanidad ahora enfrenta una elección: acumular una carga de problemas que inevitablemente nos aplastarán a todos o tratar de encontrar soluciones que pueden no ser ideales, pero que podrían funcionar y que podrían hacer que el mundo sea más estable y seguro”.
Sin presentar pruebas, el mandatario ruso repitió la acusación infundada de que Ucrania planeaba un ataque de bandera falsa en el que le atribuiría a Rusia el uso de una bomba sucia radioactiva.
Ucrania ha rechazado enérgicamente la acusación, y sus aliados de Occidente han señalado que es “transparentemente falsa”. Ucrania alegó que Rusia podría estar lanzando la acusación infundada para crear una cortina de humo a su propio plan para detonar una bomba sucia.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, comentó a los reporteros el jueves que Estados Unidos aún no ha visto nada que indique que Putin haya decidido utilizar una bomba sucia.
Putin dijo que le había ordenado personalmente al ministro de Defensa Sergei Shoigu para que que llamara a sus homólogos extranjeros para informarles sobre el supuesto plan. Sostuvo que Rusia conoce las instalaciones ucranianas que trabajan en el proyecto.
Se burló de las acusaciones de Ucrania y de los países de Occidente sobre que Rusia estaba perpetrando ataques en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, señalando que eran “desvaríos”. Los solados rusos han ocupado la central, la más grande de Europa, desde los primeros días del conflicto.
Putin también expresó su desconcierto por la política de Washington en torno a China, señalando que las tensiones provocadas por la reciente visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, se producen en medio del enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania.
”¿Por qué estropear al mismo tiempo las relaciones con China?”, cuestionó Putin. “Parece ir en contra de toda lógica y el sentido común. Parece un desvarío”.
Putin afirmó que Rusia no es el enemigo de Occidente, pero que seguirá oponiéndose al supuesto dictado de las élites neoliberales occidentales, a las que acusó de intentar someter a Rusia.