La victoria del líder de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, en la segunda vuelta de las elecciones celebradas en Brasil no fue bien vista por el bando conservador y el aún mandatario que cayó en la contienda electoral, Jair Bolsonaro.
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Pese a que los resultados indican que Lula se impuso con el 50.9% de los votos a su contrincante en una cerrada jornada democrática, Bolsonaro no se ha pronunciado en torno a su derrota contra el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) que recuperará la presidencia de Brasil después de ser encarcelado mediante una serie de irregularidades judiciales.
En este sentido, ante la inacción del derechista, la incertidumbre ha despertado en la opinión pública brasileña, ante el peligro de un posible intento de Jair Bolsonaro por no reconocer los resultados u otra maniobra que impida a Lula tomar protesta como el próximo titular del poder Ejecutivo del país sudamericano.
Además, a lo largo de la campaña, el exmilitar aseguró que no reconocería los resultados electorales en caso de una derrota, por lo que las suspicacias se han hecho presentes mientras Lula ha proclamado su victoria con sus simpatizantes en su ciudad natal, Sao Paulo.
Todavía el presidente Jair Bolsonaro durmió en el Palacio de la Alvorada, la sede presidencial, aunque fuentes cercanas aseguraron que no quiso hablar y las luces del sitio se apagaron temprano sin mayor expresión del mandatario.
Pese a que el Tribunal Electoral de Brasil ya reconoció la victoria de Lula da Silva, Bolsonaro no se ha comunicado con el líder de izquierda y sus hijos, funcionarios que ostentan un cargo público, tampoco han dicho nada de la derrota de su padre.
