DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Las autoridades iraníes anunciaron el lunes que celebrarían juicios públicos a un millar de personas en la capital, Teherán, por las protestas que ha convulsionado al país. Los procesos masivos son la primera gran medida legal del gobierno para sofocar la disidencia desde que comenzaron las manifestaciones hace seis semanas.
Sólo en Teherán se juzgará a un millar de personas que jugaron un papel central en las marchas por sus “acciones subversivas”, como agredir a guardas de seguridad, prender fuego a propiedad pública y otros cargos, según dijeron funcionarios judiciales citados por la agencia estatal iraní de noticias IRNA.
Las protestas en todo el país comenzaron por la muerte el 16 de septiembre de Masha Amini, de 22 años, cuando estaba detenida por la policía iraní de la moral. Fue detenida por supuestamente incumplir las estrictas normas iraníes de vestuario para las mujeres. Aunque las protestas se centraron en un principio en el hiyab, un pañuelo que cubre el cabello y que es obligatorio en Irán, después se han convertido en uno de los mayores desafíos a los clérigos que gobiernan el país desde los caóticos años que siguieron a la Revolución Islámica de 1979.
“Los que intentaron confrontar y subvertir el régimen dependen de extranjeros y serán castigados de acuerdo al marco legal”, dijo el responsable de la judicatura iraní, Gholam-Hossein Mohseni Ejei. Algunos manifestantes serán acusados de colaborar con gobiernos extranjeros. Las autoridades iraníes han repetido acusaciones sin pruebas de que los enemigos extranjeros de Irán han fomentado las manifestaciones.
“Sin duda, nuestros jueces tratarán con los casos de los recientes disturbios con precisión y velocidad”, dijo.
Las fuerzas de seguridad han perseguido las marchas con munición real y gas lacrimógeno durante las semanas de protestas continuadas. Al menos 270 personas han muerto y 14.000 fueron detenidas, según el grupo Activistas de Derechos Humanos en Irán. Las manifestaciones han continuado, aunque la temida Guardia Revolucionaria, un cuerpo paramilitar, ha advertido a los jóvenes iraníes que se detengan.
Ejei afirmó que los fiscales trataban de diferenciar entre iraníes enojados que sólo intentaban expresar su descontento en las calles y los que querían derribar la teocracia.
“Incluso entre los agitadores, debe aclararse quién tenía la intención de confrontar el sistema y derrocarlo”, dijo.
Las autoridades judiciales han anunciado cargos contra cientos de personas en otras provincias iraníes. Algunas han sido acusadas de “corrupción” y “guerra contra Dios”, delitos que conllevan la pena de muerte.