LA PAZ, Bolivia (AP) — El desabastecimiento y encarecimiento de algunos alimentos ha comenzado a golpear a varias ciudades bolivianas tras 14 días de huelga en Santa Cruz, el motor económico del país, mientras el gobierno y líderes de esa región buscan abrir una nueva mesa de negociación para superar el conflicto.
Los precios de la carne de pollo y de cerdo eran los más afectados por una baja oferta, según testimonios de amas de casa y vendedoras. Los combustibles también comenzaron a escasear mientras transportistas y camioneros se quejaron de las millonarias pérdidas provocadas por el prolongado paro que mantiene las rutas cortadas en Santa Cruz.
La Cámara Agropecuaria del Oriente advirtió que más de un millón de pollos no han podido llegar a las granjas y que habrá desabastecimiento en los próximos meses. La región abastece de alimentos a gran parte del país.
Tras varios intentos frustrados, el gobierno convocó a una nueva negociación el viernes en la tarde.
Santa Cruz, la región más poblada, busca obtener más recursos económicos y más escaños en el Legislativo que le permitan tener mayor influencia en las decisiones políticas y reclama que en 2023 se realice un censo de población. Inicialmente la fecha estaba fijada para este año, pero el gobierno decidió aplazarla para 2024 por razones técnicas.
La protesta convocada por el influyente Comité Cívico y secundada por el gobernador de esa región, Luis Fernando Camacho, líder del segundo partido de la oposición, ha ganado adhesiones en otras regiones mientras que sindicatos agrarios apoyan al presidente izquierdista Luis Arce. El propio Arce ha dicho que la protesta busca desestabilizar a su gobierno.
El paro se realiza mayormente de forma pacífica, pero los choques entre grupos que apoyan y rechazan la protesta que mantiene carreteras, avenidas y calles bloqueadas en Santa Cruz ha dejado hasta ahora un fallecido, varios heridos y arrestados.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha exhortado al gobierno a “investigar, juzgar y sancionar” a los responsables de hechos violentos y de la agresión a algunos periodistas.
Esta es la protesta más larga que afronta Arce en casi dos años de gobierno. Las demandas populares por el desabastecimiento y las pugnas internas en el partido gobernante han complicado la gestión del mandatario.