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Archivos: Guardia Nal. en frontera EEUU tenía poco que hacer

ARCHIVO - La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, visitó la frontera de Estados Unidos con México el lunes 26 de julio de 2021, cerca de McAllen, Texas. (AP Foto/Stephen Groves, Archivo) AP (Stephen Groves/AP)

SIOUX FALLS, Dakota del Sur, EE.UU. (AP) — La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, describió el año pasado la frontera de Estados Unidos con México como una “zona de guerra” cuando envió a decenas de miembros de la Guardia Nacional del estado, y dijo que estarían en la primera línea para detener a los contrabandistas de drogas y a los traficantes de personas.

Pero los registros de la Guardia Nacional indican que en sus dos meses de despliegue, los efectivos de Dakota del Sur no incautaron ninguna cantidad de droga.

En algunas ocasiones sospecharon que había personas que buscaban fallos en sus patrullajes, pero los registros de las misiones no contienen ningún encuentro confirmado con “delincuentes transnacionales”.

Y en una presentación de dicho despliegue se señalaba que los cárteles mexicanos eran considerados una “amenaza moderada”, pero que era “improbable” que tuvieran como objetivo a las fuerzas estadounidenses.

Algunos días, según los registros, los efectivos tenían poco o nada que hacer.

“Día muy lento. Ningún encuentro. Han pasado 5 días desde la última rendición”, escribió un miembro de la Guardia Nacional cuyo nombre fue suprimido de un informe sobre la situación que fue elaborado cuando el despliegue se acercaba a su fin en septiembre de 2021.

Para Noem, que intenta ganar la reelección el martes en medio de especulaciones de que podría ser una aspirante a la Casa Blanca en 2024, el despliegue fue un golpe llamativo en una pelea política a más de 1.600 kilómetros (1.000 millas) de su estado.

Noem argumentó que el despliegue —y una donación privada ampliamente criticada para financiarlo— se debía a una emergencia estatal. Según ella, peligrosas drogas ilícitas llegaban a Dakota del Sur a través de la frontera sur.

Pero los documentos obtenidos por la organización Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW por sus iniciales en inglés) a través de una solicitud de acceso a información pública, ponen en duda que el despliegue fuera eficaz para detener el tráfico de drogas, incluso cuando Noem afirmó que los miembros de la Guardia Nacional “ayudaron directamente” a frenarlo.

La mayoría de las drogas no llegan a través de extensiones de la frontera no vigiladas o del río Bravo (o Grande), donde se encontraban los miembros de la Guardia Nacional, dijo Victor Manjarrez, un exjefe de la Patrulla Fronteriza que ahora es profesor de justicia penal en la Universidad de Texas, campus El Paso.

Son introducidas de contrabando en Estados Unidos por los puestos de control fronterizos establecidos, precisó.

Los miembros de la Guardia Nacional de Dakota del Sur se ubicaron en puestos de observación donde estacionaron Humvees u otros vehículos militares junto al río Bravo. Vigilaban a los grupos de migrantes para que se presentaran ante la policía fronteriza, que se encargaría de su custodia. En varias ocasiones, informaron de grupos de cientos de personas que emigraban y, en una ocasión, un miembro de la Guardia Nacional practicó la reanimación cardiopulmonar a un niño que se había ahogado.

Durante los dos meses que duró el despliegue, la Guardia Nacional contabilizó 204 personas que fueron devueltas a México y otras 5.000 que fueron detenidas por la Patrulla Fronteriza para evaluar sus solicitudes de asilo.

Esas aprehensiones constituyeron una pequeña fracción de los más de 162.000 encuentros que la Patrulla Fronteriza reportó durante julio y agosto en la zona de Rio Grande Valley, la franja de 88,000 kilómetros cuadrados (34.000 millas cuadradas) donde la Guardia Nacional estuvo estacionada.

“Como en cualquier operación, habrá días de mucho trabajo y otros de poca actividad, eso es lo que se espera en todas las operaciones”, dijo Marshall Michels, vocero del Departamento de las Fuerzas Armadas de Dakota del Sur, en una respuesta por correo electrónico a las preguntas formuladas por la AP sobre los registros.

Noem y otros siete gobernadores republicanos enviaron refuerzos a la frontera el año pasado para la Operación Lone Star de Texas. La misión pretendía disuadir a los migrantes mediante detenciones al amparo de las leyes de Texas.

Aunque la operación dio pie a que los republicanos ridiculizaran las políticas fronterizas del presidente Joe Biden, no ha servido para reducir el número de personas que cruzan la frontera. Además, ha sido criticada por ser una misión apresurada que apenas ha dado trabajo a sus miembros y que puede infringir la ley federal.

La decisión de Noem de enviar a 48 miembros de la Guardia Nacional fue objeto de críticas particularmente duras porque cubrió la mayor parte de su costo con una donación de un millón de dólares de un multimillonario residente de Tennessee que suele hacer grandes contribuciones a los republicanos.

Los altos mandos de la Oficina de la Guardia Nacional y un asesor del senador federal por Dakota del Sur John Thune, también republicano, cuestionaron la autoridad legal que tenía el estado para aceptar una donación para financiar el despliegue, según muestran los correos electrónicos recientemente publicados.

CREW demandó a la Guardia Nacional de Dakota del Sur y al Ejército de Estados Unidos después de que rechazaran una solicitud para obtener documentos sobre el despliegue y la comunicación entre la Guardia Nacional, la oficina de la gobernadora y el Departamento de Defensa. Bajo esa presión legal, las agencias entregaron los documentos, que CREW compartió con The Associated Press.

Noah Bookbinder, presidente de CREW, dijo que querían transparentar una donación que calificó como “un ejemplo particularmente cobarde de cómo el dinero puede impulsar no sólo la política, sino el funcionamiento de los gobiernos y el uso de las fuerzas militares”.

El Congreso prohibió posteriormente este tipo de donaciones privadas para los despliegues de la Guardia Nacional.

El gobierno de Noem ha insistido en que la Guardia Nacional, con su formación militar, era la más adecuada para hacer frente a lo que ella llamó “una crisis de seguridad nacional”.

“Es literalmente una zona de guerra”, dijo a los periodistas en julio.

La oficina de Noem remitió las preguntas sobre el despliegue a un comunicado del año pasado en el que calificó la política fronteriza de Biden como un “desastre total” que facilitaba los cruces ilegales de la frontera, y afirmó que los cárteles mexicanos utilizaban el aumento en la migración como “distracción para realizar sus actividades delictivas”.

Durante los dos meses de despliegue, los miembros de la Guardia Nacional informaron que habían visto a 11 personas que consideraban que estaban buscando fallos en la vigilancia.

En otra ocasión que consta en los registros, los miembros de la Guardia Nacional apuntaron con linternas a cinco personas con mochilas que cruzaban el río Bravo y que luego se retiraron. El general de división Jeffrey Marlette, jefe de la Guardia Nacional de Dakota del Sur, dijo más tarde a una comisión legislativa estatal que probablemente llevaban drogas.

Esas fueron las únicas veces que los miembros de la Guardia Nacional reportaron sospechas de tráfico de drogas. La Guardia Nacional de Dakota del Sur dijo que había cumplido su misión al apoyar la Operación Lone Star de Texas y refirió las preguntas sobre su éxito a la Guardia Nacional de Texas.

En los 17 meses del operativo de Texas se han registrado 21.000 detenciones, que en su mayoría han dado lugar a cargos por delitos graves, según informó recientemente la oficina del gobernador Greg Abbott. La Guardia Nacional de Texas también dijo que ha sido responsable de 470.000 detecciones, aprehensiones y devoluciones de migrantes, así como de la construcción de 183 kilómetros (114 millas) de vallas y barreras.

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