SANTANDER, 7 (EUROPA PRESS)
La actividad está coordinada por Cineinfinito y consta de tres proyecciones los viernes 11, 18 y 25 de noviembre a las 19.00 horas: 'La llorona' (1933), 'El fantasma del convento (1934)' y 'Dos monjes', respectivamente. Todas son con entrada libre hasta completar aforo.
El cine de horror mexicano es tan antiguo como la época dorada de su cine nacional. Fue explorado en más de una ocasión por reconocidos directores, aunque se ha mantenido marginado con respecto a otros géneros producidos en el país.
Las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX en el cine mexicano serían de experimentación y consolidación, teniendo para el apartado del terror apenas unas cuantas obras que anticiparían la producción del género que se vivió durante la segunda mitad de este siglo. Los comienzos del cine sonoro en México, a principios de los años treinta, vieron nacer un nuevo género extraño que razonablemente podría llamarse 'gótico mexicano'.
La primera película de horror mexicana fue 'La llorona' (1933) y la dirigió el cubano Ramón Peón. Está basada en la leyenda colonial de La llorona, en la que un espectro vaga llorando por haber matado a sus hijos. La seguiría 'El fantasma del convento' (1934) de Fernando de Fuentes, film de terror fantástico. En esta película, tres adultos pasan la noche en un monasterio para descubrir al día siguiente que habían sido hospedados por monjes que ya estaban muertos.
El autor más interesante de esta primera etapa sería Juan Bustillo Oro, reconocido director de la época dorada del cine mexicano, que comenzaría su carrera con 'Dos monjes' (1934), obra repleta de un expresionismo que remite al cine de terror alemán de los años 20. En un monasterio, dos monjes se enfrascan en una pelea. Al ser llamados a confesión, cada uno relata una versión diferente de la misma historia, en la que el único elemento común es la mujer de la que ambos estuvieron enamorados.
Todas estas películas trazaron el camino hacia un nuevo tipo de cine, que lidiaba con la paranoia y el miedo reprimido a través de historias que rompían con las normas establecidas.