MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El fiscal jefe, Per Lindqvist, ha explicado que ha sido de "una investigación compleja" y que el delito es "grave" ya que afecta a situaciones que "son de gran importancia", como la seguridad nacional.
"La información que ha sido adquirida, enviada y divulgada sin autorización puede, al llegar a una potencia extranjera, ser perjudicial para la seguridad de Suecia", ha alertado el fiscal jefe Lindqvist.
Los dos acusados, que han negado las acusaciones, han estado bajo custodia desde septiembre y noviembre de 2021. Las supuestas actividades de espionaje que habrían llevado a cabo para Rusia se remontarían a septiembre de 2011 hasta estas últimas fechas en las que fueron arrestados.
Los sospechosos nacieron en Irán, pero crecieron en la ciudad sueca de Uppsala. El mayor de ellos, de 40 años, ocupaba un alto cargo en una agencia del Gobierno en el momento de su arresto en septiembre del año pasado, cuenta la televisión sueca.
Antes había trabajado en el Servicio de Seguridad Sueco (SÄPO), en el Servicio de Seguridad e Inteligencia Militar de Suecia (MUST), así como en la KSI, una de las agencias más secretas del país nórdico, encargada precisamente de reclutar desertores y fuentes de los servicios secretos de otros Estados.
