El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha destinado junto a BID Invest -el brazo privado del Grupo BID- más de 26 mil millones de dólares en financiamiento climático para América Latina y el Caribe entre 2016 y 2021, lo que representa alrededor del 60% de la financiación medioambiental destinada a la región por parte de los bancos multilaterales de desarrollo.
De ese total, 8 mil 300 millones de dólares se han destinado a la adaptación y la resiliencia climática, un dato relevante en una región en la que los desastres naturales se han triplicado en los últimos 50 años.
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Según un reciente estudio del BID, invertir en planes de adaptación de largo plazo puede salvar vidas, bienes materiales presentes y futuros, y prevenir o reducir daños y perdidas causados por el cambio climático.
Sobre esta cuestión, se estima que cada dólar invertido en infraestructura resiliente puede generar hasta cuatro dólares en beneficios económicos. “Por eso, es importante que los países incorporen riesgos climáticos en sus planes de desarrollo y prioricen acciones multisectoriales para mejorar la resiliencia”, ha explicado la entidad bancaria.
En palabras del BID, estas cifras reflejan “el compromiso” del grupo con la región, situándolo como un “aliado estratégico” prioritario a la hora de hacer frente a la emergencia climática.
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En el marco de la COP27, el BID está llevando a cabo reuniones bilaterales y gestionando acuerdos para avanzar en transición verde, entre los que destaca el primer programa regional para promover la movilidad eléctrica basada en hidrógeno verde en América Latina y el Caribe, en el que colaboran la entidad y el Fondo Climático Verde (GCF, por sus siglas en inglés).
Está previsto que bajo este fondo se destinen 450 millones de dólares en forma de préstamos en condiciones concesionales y donaciones a Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica, Panamá, Paraguay y Uruguay.