BERLÍN, 13 (DPA/EP)
El Gobierno iraní ha arremetido duramente este domingo contra el canciller alemán, Olaf Scholz, al advertirle de que sus comentarios sobre las protestas que recorren el país causarán "daños a largo plazo" en las relaciones diplomáticas.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Nasser Kanaani, calificó los comentarios de Scholz de "provocadores, entrometidos y poco diplomáticos", que sabotean la relación histórica entre ambos países.
"Recomendamos al Gobierno alemán que encuentre el camino de vuelta a la discreción para evitar que se sigan perturbando las relaciones bilaterales", ha señalado Kanaani, cuyo gobierno ha eximido de responsabilidad a las fuerzas de seguridad y achacado la mayoría de las protestas a la acción de potencias extranjeras.
Scholz criticó duramente en un podcast la forma en que el Gobierno iraní ha actuado ante las protestas por la muerte bajo custodia de la joven Mahsa Amini, y que según ONG han dejado en torno a 330 muertos por la represión.
"¿Qué clase de gobierno es el que dispara contra su propio pueblo?", cuestionó Scholz, antes de añadir que cualquiera que actúe así debería esperar resistencia.
En medio de las críticas del extranjero, el Parlamento iraní también desmintió las informaciones sobre una petición de la mayoría de los diputados para que se apliquen castigos más severos a los manifestantes detenidos en Irán.
"La carta de 227 diputados mencionada en los medios de comunicación representaba documentos falsos y, por lo tanto, se desmienten las informaciones al respecto", ha anunciado el Parlamento en un comunicado de prensa emitido hoy.
Según la agencia de noticias Fars, que citó el comunicado, algunos diputados solo habían pedido duros castigos para los implicados en los asesinatos y el derramamiento de sangre durante los disturbios.
La semana pasada, 227 de los 290 diputados habían emitido una declaración en la que acusaban a los manifestantes de todo el país de "guerra contra Dios" y exigían que el poder judicial dictara las sentencias correspondientes, según los medios de comunicación.
La ley islámica determina que la acusación de "guerra contra Dios" puede acarrear la pena de muerte, y así es como se interpretó en el extranjero la declaración del Parlamento iraní.
Observadores del país consideraron que la afirmación del Gobierno sobre la supuesta falsificación es una marcha atrás.
Opinan que el desmentido es un intento de retractarse de la petición de penas de muerte para los manifestantes, que fue condenada en los términos más enérgicos tanto en Irán como en el extranjero, por políticos como el canciller alemán Scholz.
El Parlamento iraní está dominado desde 2020 por partidarios de la línea dura que se han hecho conocidos por sus decisiones, a menudo radicales.