MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La periodista y activista congoleña Caddy Adzuba, premio Princesa de Asturias de la Concordia en 2014, ha denunciado este martes que República Democrática del Congo (RDC) está sumido en una situación "catastrófica" provocada por una "guerra económica con multinacionales detrás".
En un evento celebrado en Madrid y organizado por la ONG Entreculturas, Adzuba ha alertado de que la población congoleña es explotada, incluidas mujeres y niños, para "extraer todos los minerales posibles, especialmente el coltán", y que así los europeos puedan fabricar teléfonos móviles y ordenadores, entre otros productos.
"Pongo el ejemplo de Bélgica, un país que no tiene especialmente muchos recursos naturales ni produce gran cosa pero está considerado un país rico. ¿Pero por qué y a costa de quién? La respuesta está clara: hay gente que ha decidido ir a países africanos a poner en marcha una estrategia para que la población se vea desestabilizada y aprovecharse lo máximo posible", ha sostenido antes de incidir en que, "casualmente, las guerras se producen en los países africanos más ricos en recursos naturales".
En este sentido, ha destacado que hay países con menos recursos de este tipo y que "no presentan mayores conflictos". Es por ello que ha subrayado que se trata de "guerras económicas respaldadas por multinacionales" aunque estas "no se encuentren directamente en primera línea".
"Las multinacionales financian aquellas guerras que les interesan. Por ejemplo, el país consta de 27 provincias y no todas está en guerra. Hay algunas que sí, precisamente las más ricas, y hay otras en las que no hay conflicto. Pero desgraciadamente, de donde vengo yo hay guerra de forma constante. Desde que yo tenía 14 años vivimos esta situación", ha lamentado antes de puntualizar que son millones los que han muerto a causa del conflicto en el este del país.
Asimismo, ha alertado de que cerca de un millón de mujeres han sido violadas, una cifra aproximada que podría ser más alta. "Es un país diezmado" a pesar de que posee "recursos naturales inconmensurables", como oro, coltán, uranio o diamantes.
"Nos sacrificamos para que los europeos vivan en la opulencia, para que tengan sus teléfonos, sus ordenadores, para que puedan construir edificios", ha destacado al tiempo que ha condenado los fuertes prejuicios que existen respecto a los diferentes países de África y la continua explotación de sus recursos.
Adzuba ha rechazado que se trate realmente de una guerra entre africanos y ha matizado que es "una guerra que Europa lleva a cabo en África". "Hay muchas multinacionales con el ojo puesto en la minería y la zona este del país es más rica que la occidental. Para poder entrar en un país tan extenso hay que aliarse con los países vecinos. Países como Francia y Alemania también están detrás de todo esto", ha explicado.
En relación con el aumento de los enfrentamientos entre el Ejército y los miembros la milicia del Movimiento 23 de Marzo (M23), que se han recrudecido durante los últimos meses, ha aclarado que quienes buscaban la guerra en el país "han tirado del aspecto étnico". "Se ha cogido una minoría étnica y se ha formado un grupo militar armado, el M23. Ese es el principal grupo que hace la guerra en el este", ha añadido.
La activista, que ha recordado que unas 100.000 personas han tenido que desplazarse debido al conflicto armado, ha apuntado al Ejército de Ruanda como principal apoyo de los rebeldes. "República Democrática del Congo es un país que lleva más de 20 años sufriendo la guerra y que ahora mismo no puede comprar armas para defenderse, por lo que tiene un Gobierno en una situación muy frágil", ha sostenido.
"El objetivo de la guerra no es en sí conquistar el país sino tener control sobre estos recursos naturales, como son el petróleo y el gas, y controlar la zona este, que precisamente es la zona donde se pueden explotar dichos recursos. Este es el objetivo del grupo armado, pero no van a ser los encargados de explotar estos recursos, sino las multinacionales que les apoyan y países como Estados Unidos o Francia, los de siempre", ha aseverado.
LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES
Adzuba ha dirigido la atención, además, a la terrible situación de las mujeres en el país, donde "la guerra se lleva a cabo en sus cuerpos", tal y como ha expresado. "Muchos grupos armados actúan con el único objetivo de extender el terror entre las comunidades locales", ha señalado.
Así, ha instado a "poner nombre a las víctimas de la violencia sexual y las violaciones", dado que "a veces las cifras no son suficientemente fieles a la realidad". "Si hablamos de mutilación, hablamos de la atrocidad que viven las mujeres que la sufren", ha indicado antes de detallar que "ya no se habla de violaciones sino de feminicidios".
"Introducen botellas, granadas y cuchillos en las vulvas de estas mujeres. En el caso de las embarazadas es peor, les abren el vientre y les sacan el feto. Son hechos (...) y es muy duro contar este tipo de historias", ha asegurado, si bien ha hecho hincapié en que estas mujeres "ya no son víctimas sino supervivientes". "Han convertido el sentimiento de desesperanza en justo lo contrario", ha añadido.
Sobre el flujo migratorio provocado por la guerra, ha puntualizado que es "totalmente legítimo que haya mujeres que decidan abandonar su país en busca de protección internacional para vivir libres de violencia, tranquilamente y en libertad". "Hay muchas razones que llevan a las personas a irse. En este caso son mujeres mutiladas, violadas, forzadas a casarse... Puede haber razones de peso que las lleven a marcharse (...), y estas mujeres se desplazan en busca de protección", ha concretado Adzuba, que ha hecho un llamamiento a "plantearnos cómo acoger a estas personas".
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en la provincia de Kivu Norte a pesar de que las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994. Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23.
Ruanda, sin embargo, sigue negando que esté proporcionando apoyo al M23, mientras que Naciones Unidas y Estados Unidos están convencidos de los vínculos entre Ruanda y esta organización, heredero directo de sucesivos movimientos rebeldes arraigados en el genocidio ruandés de 1994.