MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Anna Evstigneeva, la 'número dos' de la representación de Rusia ante la ONU, ha señalado que Moscú "se opone a cualquier actividad militar que suponga una amenaza para la seguridad de la península y los estados del noreste de Asia", tal y como recoge un comunicado.
"Vemos nuevamente este círculo vicioso en el contexto norcoreano. Estados Unidos y sus aliados llevan a cabo maniobras militares a gran escala en la región. Corea del Norte, como es lógico, contesta, y nos reunimos aquí para abordar el asunto. La cosa es que, con cada nuevo ciclo, las posiciones se vuelven cada vez más peligrosas para la paz y la seguridad", ha explicado.
Para ella, la razón de todo esto "es obvia". "Washington desea forzar a Pyongyang al desarme unilateral mediante sanciones y presión. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón siguen realizando maniobras militares en la zona en el marco de un nuevo concepto de disuasión", ha aseverado.
"En la anterior reunión del Consejo de Seguridad sobre este asunto también abordamos los ejercicios de Estados Unidos y los aliados a nivel regional. (...) Es obvio que los lanzamientos de misiles de Corea del Norte son una consecuencia de la actividad militar de Estados Unidos cerca del país", ha sostenido.
En este sentido, ha incidido en la importancia de "no aislar estas cuestiones del resto de asuntos a nivel mundial" y ha puntualizado que "no se puede pasar por alto la doctrina unilateral en materia de seguridad de Washington".
Por su parte, el representante de China ante la ONU, Zhang Jun, ha lamentado la "creciente espiral de tensión" en torno a la península de Corea y ha expresado su preocupación al respecto, si bien ha puntualizado que Pekín "espera que las partes implicadas avancen hacia un entendimiento" en la zona.
"El aumento de la tensión no sirve a los intereses de nadie y no es algo que China desee. El mundo está hoy lleno de incertidumbres y la península de Corea no puede permitirse más daños ni un mayor deterioro de la situación", ha explicado antes de afirmar que "las partes deben centrarse en la paz y la estabilidad".
Asimismo, ha señalado que "todas las partes deben mantener la calma y actuar con cautela para no provocar un aumento de la tensión", según ha informado el Gobierno chino en un comunicado.
"Tenemos que corregir el curso de los acontecimientos y restaurar el diálogo", ha insistido antes de pedir a Estados Unidos que "muestre sinceridad y ponga sobre la mesa propuestas realistas" que permitan "responder a las legítimas preocupaciones de Corea del Norte".
Zhang ha destacado la importancia de que el Consejo de Seguridad "desempeñe un papel constructivo que (...) contribuya a reducir la tensión en la península en vez de crear obstáculos".
PETICIÓN DE EEUU
Estados Unidos había pedido previamente al Consejo de Seguridad de la ONU que se pronunciara sobre el lanzamiento de misiles balísticos por parte de Corea del Norte, especialmente tras los últimos ensayos balísticos llevados a cabo por Pyongyang.
"Ofreceremos otra oportunidad para que el Consejo responsabilice Corea del Norte de su retórica peligrosa y sus acciones desestabilizadoras", afirmó anteriormente la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas Greenfield.
Greenfield había instado al Consejo de Seguridad a sumarse a las palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, quien condenó el lanzamiento de un misil balístico de largo alcance el pasado viernes y pidió a Pyongyang que deje de lado sus "provocaciones" y que "cumpla plenamente con sus obligaciones internacionales".
"Es hora de que el Consejo de Seguridad haga el mismo llamamiento que el secretario general. Durante demasiado tiempo, Corea del Norte ha actuado con impunidad", ha criticado la embajadora estadounidense.
Pyongyang ha realizado numerosos ensayos balísticos a lo largo de este año, lo que incluye el lanzamiento de misiles balísticos de corto y largo alcance, así como un misil de alcance medio que sobrevoló el archipiélago japonés. El proyectil intercontinental lanzado este viernes puede transportar varias ojivas nucleares a un radio de unos 15.000 kilómetros, lo que permitiría alcanzar todo el territorio continental estadounidense.