BRUSELAS, 24 (EUROPA PRESS)
Así se ha pronunciado sobre el caso de Austria, donde la construcción de un rascacielos de 19 pisos destinado a albergar un hotel, locales comerciales, viviendas y oficinas en el centro histórico de Viena, incluido en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, no necesitaba de la evaluación de impacto ambiental al no alcanzar los umbrales que establece la legislación austriaca.
En opinión de Anthony Collins, la directiva europea se opone a la norma nacional que fija que los proyectos urbanísticos solo deben someterse a una evaluación de impacto ambiental si ocupan al menos 15 hectáreas y señala que el examen sobre impacto ambiental debe tener en cuenta los proyectos urbanísticos localizados en lugares con significación histórica, cultural o arqueológica.
En sus conclusiones señala que corresponde a las autoridades de dicho Estado miembro adoptar todas las medidas necesarias para que los proyectos sean evaluados de forma individualizada y pone el acento en que debe prevalecer la protección de lugares con significación histórica, cultural o arqueológica, un elemento relevante en el caso del proyecto de Viena puesto que su construcción está prevista en un lugar incluido en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.