MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
"Se argumentó que, en el caso de una recesión superficial, el Consejo de Gobierno debería seguir normalizando y endureciendo la política monetaria, mientras que podría detenerse si hubiera una recesión profunda y prolongada, lo que probablemente frenaría la inflación en mayor medida", recoge el documento, sin especificar cuántos banqueros centrales compartieron esa postura.
En este sentido, durante el cónclave también hubo miembros del Consejo de Gobierno que pusieron el acento sobre la divergencia de la política monetaria, que estaba retirando estímulos, y la política fiscal, que se estaba volviendo más expansiva.
En octubre, el BCE decidió subir los tipos de interés en 75 puntos básicos. Esta medida fue apoyada por una "gran mayoría" de los miembros del Consejo de Gobierno con derecho a voto en la reunión. Además de por la inflación, también se argumentó que una subida por debajo de lo que esperaba el mercado afectaría a la confianza en el propio BCE.
En cambio, otros miembros apostaron por una subida de tan solo 50 puntos básicos, ya que también se iba a anunciar que los aumentos de tipos seguirían en un futuro cercano, se iba a cambiar la remuneración de las reservas mínimas y las condiciones de las subastas TLTRO-III.
También hubo voces que alertaron de que un ritmo "agresivo" de endurecimiento "podría tener repercusiones para la estabilidad financiera, la actividad económica y, en última instancia, la inflación".
El Consejo de Gobierno del BCE se volverá a reunir el 15 de diciembre en lo que será su última reunión de 2022. También publicarán sus proyecciones macroeconómicas trimestrales, por lo que ofrecerán datos sobre la probabilidad de una recesión en 2023 o las nuevas previsiones de inflación.