CUSCO, Perú (AP) — Miles de peruanos danzaban el domingo por las calles de Cusco para celebrar el décimo primer aniversario del reconocimiento de la ONU a su peregrinación religiosa más ancestral, la cual estuvo suspendida los dos años previos debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19.
Vestidos con trajes diversos, algunos elaborados con pieles de animales y cortezas de árboles, bailaron durante más de 10 horas celebrando el título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad otorgado a la peregrinación que realizan en mayo hasta un remoto valle de Cusco donde está una imagen de Jesucristo, conocida como el Señor de Qoyllur Rit’i, que en lengua quechua significa Estrella de Nieve.
Franklin Quispe, un danzante que llevaba un látigo colgando del cuello, dijo a The Associated Press que varios llegaron desde diversas provincias hacia Cusco, que hace más de medio milenio era el epicentro del imperio inca, pero también de otras partes de Perú. “Venimos de todas partes”, comentó.
Conocida como el Festival de la Estrella de Nieve, la reunión se realiza cada año antes de la festividad cristiana de Corpus Christi. En años previos a la pandemia atrajo incluso a 100.000 personas hasta la provincia de Quispicanchis, en el sureste de Cusco. La celebración mezcla creencias católicas e indígenas con las que se honra a Jesucristo y al glaciar del área, considerado sagrado.
La parte cristiana del ritual data del siglo XVIII, cuando se dice que Jesús se le apareció a un joven pastor en la forma de un niño. El festejo nativo es más antiguo.
Los peregrinos han notado el declive del tamaño del glaciar. La semana pasada el Instituto Nacional de Investigación de Glaciares indicó en Lima que en el último medio siglo se han perdido 1,2 millones de kilómetros cuadrados de área de glaciares en Perú por el aumento de la temperatura del planeta.
Otra de las preocupaciones de los fieles que acuden a la festividad del Señor de la Estrella de Nieve es perder la declaratoria otorgada por las Naciones Unidas debido a las crecientes amenazas de la explotación de la minería informal, que extrae cobre, y el ingreso de vehículos a la ruta de la peregrinación.