MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Tras la visita a cinco campamentos de curación tradicional en la región central y oriental del país africano, la organización ha descubierto que en todos los centros las personas con problemas de salud mental estaban encadenadas o confinadas en pequeñas jaulas, y que en algunos casos llevaban así más de siete meses.
Durante las visitas, HRW identificó que más de 60 personas estaban encadenadas o enjauladas, incluidos algunos niños.
"Encadenar a personas con discapacidades psicosociales en campos de oración y centros de curación es una forma de tortura", ha afirmado la directora de derechos de las personas con discapacidad de la ONG, Shantha Rau Barriga.
"Los Comités de Visita y el Tribunal de Salud Mental recién formados en Ghana deben garantizar que se rompan las cadenas y que las personas tengan acceso a servicios locales que respeten los derechos de las personas con problemas de salud mental", ha afirmado Barriga, mencionando un organismo recientemente formado por las autoridades del país para monitorear la implementación de la ley e investigar quejas por violaciones de Derechos Humanos.
En los cinco campos visitados por HRW, las personas estaban retenidas en contra de su voluntad, lo que equivale a una detención indefinida. Un hombre de 40 años detenido durante más de dos meses en el Centro de Oración Mount Horeb afirmó que pasan las 24 horas del día, los siete días de la semana, encerrados en una habitación.
"Esta Navidad no nos iremos a casa. Queremos ir a casa y estar con nuestra familia. Ayúdanos. Por favor ayúdenos", pidió otro hombre en el mismo centro.
La Ley de Salud Mental de Ghana de 2012 establece que las personas con discapacidades psicosociales "no serán sometidas a tortura, crueldad, trabajos forzados ni ningún otro trato inhumano", incluidos los grilletes.
Asimismo, la ley establece comités de visita y un Tribunal de Salud Mental para monitorear los campamentos y los centros de curación tradicionales en el cumplimiento de la ley.
Al enterarse de que la práctica del encadenamiento continúa, la viceministra de salud de Ghana, Tina Mensah, le trasladó a la ONG su estupefacción: "Con toda esta educación, ¿todavía están encadenando?".
"Las personas con problemas de salud mental son seres humanos como usted y como yo. Son titulares de sus derechos. Un diagnóstico de salud mental no es una sentencia de muerte. Deberíamos invertir en servicios en la comunidad", ha afirmado a HRW la directora ejecutiva interina de la Autoridad de Salud Mental del país, Caroline Amissah.
Las organizaciones no gubernamentales locales, especialmente las dirigidas por personas con discapacidades psicosociales, se han mostrado activas para impulsar mejoras en los servicios de salud mental y el control de las instalaciones existentes en Ghana.
La Sociedad de Salud Mental de Ghana apoya la capacitación de los Comités Visitantes y el Tribunal de Salud Mental y aboga por mayores inversiones en salud mental comunitaria. MindFreedom Ghana está estableciendo redes de apoyo comunitario en seis de las 16 regiones de Ghana. Otra organización, Basic Needs Ghana, ha estado facilitando grupos de apoyo entre pares.
"A pesar de la prohibición de encadenamiento en Ghana, el Gobierno no ha logrado garantizar que las personas con discapacidades psicosociales ya no vivan en condiciones tan inhumanas", ha afirmado Barriga.
"Los Comités de Visita y el Tribunal tienen un papel importante que desempeñar para garantizar el fin de estos abusos de larga data", ha añadido.