MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El sector sigue al alza y, aunque se queda lejos de los datos previos a la pandemia de COVID-19 --cuando la media rondaba el 3,7 por ciento--, ha logrado sortear los problemas en las cadenas de suministro derivadas de la emergencia sanitaria, a falta de ver cómo puede afectar a los datos de 2022 la guerra de Ucrania.
Norteamérica es la única región en la que han disminuido las ventas, en ocho décimas, pero SIPRI lo atribuye principalmente a la inflación. Sin embargo, las cinco primeras empresas de la lista siguen siendo de Estados Unidos a y 40 firmas de este país acumularon 299.000 millones de dólares en 2021.
En el caso de Europa, tiene 27 representantes en esta lista de cien empresas y las ventas han aumentado un 4,2 por ciento, hasta los 123.000 millones de dólares. Sin embargo, el informe refleja una mejoría general de la construcción naval y, por el contrario, un retroceso en el sector aeroespacial.
China aparece representada en este estudio con ocho firmas y 109.000 millones de dólares en ventas, un 6,3 por ciento más que en 2020, fruto de una "ola de consolidación en la industria armamentística china desde mediados de la década de 2010", como explica investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, Xiao Liang, investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI. La empresa china CSSC es ya la mayor constructora naval militar del mundo, con unas ventas de armas de 11.100 millones de dólares, tras la fusión de dos compañías.
Por primera vez, aparece una empresa taiwanesa entre las cien más potentes del mundo: NCSIST, especializada en misiles y electrónica militar y con unas ventas de 2.000 millones de dólares en 2021.
EL EFECTO UCRANIA
La lista incorpora a seis empresas rusas, también con subidas, en concreto del 0,4 por ciento en términos globales. Sus ventas de armas ascendieron a 17.800 millones de dólares, si bien los expertos detectan un estancamiento generalizado en la industria de Rusia.
El SIPRI ya adelanta en su informe anual que los efectos de la invasión lanzada en febrero por orden del presidente ruso, Vladimir Putin, suman nuevos obstáculos a los de la cadena de suministro para las empresas de armas, principalmente por la relevancia de Rusia como proveedor de materias primas utilizadas en la producción de armas.
Esta variable amenaza con lastrar también los intentos de Estados Unidos y Europa para reforzar sus Fuerzas Armadas y reponer sus reservas tras la ayuda militar brindada a Ucrania durante estos últimos meses. El investigador Diego Lopes da Silva advierte de que, si las interrupciones continúan, "algunos de los principales productores de armas pueden tardar varios años en satisfacer la nueva demanda creada por la guerra de Ucrania".