SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — El primer ministro de Jamaica declaró el martes un estado de excepción generalizado para combatir un repunte de violencia a manos de pandillas en una isla que cuenta con una de las tasas de homicidios más altas de la región.
La declaratoria abarca algunas comunidades en la capital Kingston, así como a seis de las 14 jurisdicciones de Jamaica, incluidas las que albergan lugares turísticos populares como Bahía Montego.
El estado de excepción permite a las autoridades arrestar personas y allanar inmuebles sin necesidad de una orden de registro, lo que ha provocado críticas de opositores políticos y activistas que han pedido que no se repita el abuso policial y las detenciones masivas que se produjeron bajo antiguos estados de excepción.
Medidas similares se han implementado recientemente en El Salvador y Honduras.
El primer ministro jamaicano Andrew Holness rechazó las críticas y dijo en un discurso televisado que su prioridad es salvar vidas.
“Es lo único que está intentando hacer el gobierno”, señaló, y añadió que los jamaicanos “tienen que esconderse debajo de sus camas, ocultar a sus hijas, no pueden ir a la iglesia y ven cómo matan a sus hijos y a sus novios y maridos. Esa es la realidad”.
La isla, que cuenta con 2,8 millones de habitantes, ha registrado 1.421 homicidios en lo que va del año, superando los 1.375 registrados en el mismo periodo del año pasado, informó un portavoz de la Fuerza Policial de Jamaica a The Associated Press.
Jamaica tiene una población similar a la de la ciudad estadounidense de Chicago, que ha reportado 643 homicidios este año.
“Nos enfrentamos a amenazas criminales muy serias y tenemos que utilizar todas las facultades a nuestra disposición”, señaló Holness.
La mayoría de los homicidios en Jamaica son atribuidos a pandillas conocidas como “pelotones” que han sido vinculadas con algunos de los principales partidos políticos y que usan la extorsión, el tráfico de drogas y estafas de la lotería para financiar sus actividades.