JERSÓN, Ucrania (AP) — Horas después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero, personal de salud de un hospital infantil en el sur empezó a planear secretamente cómo salvar a los bebés.
Se sospechaba que los rusos se apoderarían de los niños huérfanos y los enviarían a Rusia, por lo que el personal del hospital infantil regional en la ciudad de Jersón comenzó a falsificar los historiales médicos de los huérfanos con el fin de aparentar que estaban demasiado enfermos para ser transportados.
“Deliberadamente escribimos información falsa de que los niños estaban enfermos y no podían ser transportados”, dijo la doctora Olga Pilyarska, jefa de terapia intensiva. “Nos daba miedo que (los rusos) se enteraran (de la verdad)... (pero) decidimos que salvaríamos a los niños a cualquier costo”.
A lo largo de la guerra los rusos han sido acusados de deportar a niños ucranianos a Rusia o a territorios controlados por los rusos para criarlos como si fueran suyos. Al menos 1.000 niños fueron tomados de escuelas y orfanatos en la región de Jersón durante los ocho meses que Rusia ocupó el área, dicen autoridades locales. Aún se desconoce su paradero.
Pero los residentes hacen notar que aún más niños habrían desaparecido si no hubiera sido por algunas personas de la comunidad que arriesgaron sus vidas para ocultar a la mayor cantidad de niños que pudieron.
En el hospital en Jersón, el personal inventó enfermedades para 11 bebés abandonados bajo su cuidado, de forma que no tuvieran que entregarlos al orfanato, donde sabían que les darían documentos rusos y podrían llevárselos. Un bebé tenía “sangrado pulmonar”, otro “convulsiones incontrolables” y otro requería “respiración artificial”, dijo Pilyarska sobre los registros falsificados.
En las afueras de Jersón, en el poblado de Stepanivka, Volodymyr Sahaidak, director de un centro de rehabilitación social y psicológica, también estaba falsificando documentos para ocultar a 52 niños huérfanos y vulnerables. El hombre de 61 años colocó a algunos de los niños con siete de sus elementos del personal, otros fueron trasladados con parientes lejanos y algunos de los de más edad se quedaron con él, señaló.
“Me parecía que si no ocultaba a mis niños simplemente me los quitarían”, declaró.
Pero moverlos no era fácil. Después de que Rusia ocupó Jersón y gran parte de la región en marzo, comenzaron a separar a los huérfanos en los retenes, ante lo cual Sahaidak tuvo que recurrir a su creatividad para transportarlos. En un caso falsificó registros, dicendo que un grupo de niños había recibido tratamiento en el hospital y su tía los estaba llevando para que estuvieran con su mamá, la cual tenía nueve meses de embarazo y aguardaba su llegada al otro lado del río, manifestó.
Aunque Sahaidak logró evadir a los rusos, no todos los niños tuvieron tanta suerte. En el orfanato de Jersón —donde el hospital habría enviado a los 11 bebés— unos 50 niños fueron evacuados en octubre y presuntamente trasladados a Crimea, que Rusia se anexó ilegalmente en 2014, le dijeron a The Associated Press un guardia de seguridad de la institución y algunos vecinos.
“Llegó un autobús con la inscripción ‘Z’ (un símbolo pintado en los vehículos rusos) y se los llevaron”, dijo Anastasiia Kovalenko, que vive cerca de allí.
Al principio de la invasión, un grupo de ayuda local intentó ocultar a los niños en una iglesia, pero varios meses después los rusos los encontraron, los devolvieron al orfanato y luego los evacuaron, dijeron habitantes locales.
Este año, The Associated Press reportó que Moscú está intentando dar a miles de niños ucranianos a familias rusas para cuidado temporal o adopción. La AP halló que las autoridades han deportado a niños ucranianos a Rusia o a territorios controlados por los rusos sin su consentimiento, les han mentido que sus padres no los querían, los han utilizado para propaganda y les han dado familias y ciudadanía rusa.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de investigación con sede en Washington, dice que las autoridades rusas están llevando a cabo una campaña deliberada de despoblación en partes ocupadas de Ucrania y deportando a niños bajo el pretexto de que se trata de programas de rehabilitación médica y adopción.
Las autoridades rusas han dicho repetidas veces que el traslado de niños a Rusia tiene el fin de protegerlos de las hostilidades. La cancillería rusa ha rechazado las afirmaciones de que el país está apoderándose de los niños y deportándolos. Ha hecho notar que las autoridades están buscando a parientes de niños sin padres que se han quedado en Ucrania con el fin de hallar oportunidades para enviarlos a casa cuando sea posible.
Maria Lvova-Belova, procuradora rusa de los derechos de los niños, supervisó personalmente el traslado de cientos de huérfanos desde regiones de Ucrania controladas por Rusia para que fuesen adoptados por familias rusas. Ha dicho que a algunos de los niños se les ofreció una oportunidad de regresar a Ucrania pero se negaron. No fue posible verificar su declaración en forma independiente.
Aaron Greenberg, asesor regional de protección infantil en Europa y Asia Central para el UNICEF, dijo que, hasta que pueda verificarse cuál ha sido el destino de los padres de un niño o de otros parientes cercanos, se considera que cada niño separado de su familia tiene parientes cercanos vivos, y las autoridades de los países en donde se encuentren los niños tienen que encabezar una evaluación.
Elementos de seguridad a nivel local y nacional y de la policía están buscando a los niños que fueron trasladados, pero aún no saben dónde están, dijo Galina Lugova, jefa de la administración militar de Jersón. “Desconocemos el destino de estos niños... no sabemos dónde están los niños de orfanatos ni de nuestras instituciones educativas, y esto es un problema”.
Por ahora, gran parte de la carga está recayendo sobre los habitantes para encontrarlos y traerlos a casa.
En julio, los rusos llevaron a 15 niños desde las líneas del frente en la región cercana de Mykolaiv al centro de rehabilitación de Sahaidak y de allí a Rusia, señaló. Con ayuda de extranjeros y voluntarios, él logró rastrearlos y hacerlos trasladar a Georgia, agregó. Sahaidak no quiso proporcionar más detalles acerca de la operación por temor a ponerla en riesgo, pero dijo que se prevé que los niños regresen a Ucrania en las próximas semanas.
Para algunos, la amenaza de que Rusia deporte niños ha traido consigo resultados inesperados. En octubre, cuando había indicios de que los rusos estaban retrocediendo, a Tetiana Pavelko, una enfermera del hospital infantil, le preocupaba que se llevaran a los bebés con ellos. Incapaz de tener bebés propios, la mujer de 43 años acudió a toda prisa al pabellón y adoptó a una niña de 10 meses.
Enjugándose lágrimas de alegría de las mejillas, Pavelko dijo que llamó a la niña Kira en honor de una mártir cristiana. “Ella ayudaba a la gente, curaba y realizó muchos milagros”, señaló.