MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad Nacional de Yokohama, en Japón, han demostrado experimentalmente este hallazgo, según publican en la revista 'ACS Central Science'.
A pesar de que las imágenes detalladas de galaxias lejanas del telescopio espacial James Webb muestran más del universo mayor, los científicos siguen sin ponerse de acuerdo sobre cómo empezó la vida aquí en la Tierra. Una de las hipótesis precisamente es que los meteoritos trajeron a nuestro planeta aminoácidos, los componentes básicos de la vida.
Desde que la Tierra era un planeta estéril recién formado, los meteoritos han atravesado la atmósfera a gran velocidad hacia su superficie. Si los restos espaciales iniciales incluyeran condritas carbonosas -una clase de meteorito cuyos miembros contienen cantidades significativas de agua y pequeñas moléculas, como aminoácidos-, podrían haber contribuido a la evolución de la vida en la Tierra.
Sin embargo, el origen de los aminoácidos en los meteoritos ha sido difícil de precisar. En experimentos de laboratorio anteriores, Yoko Kebukawa y sus colegas demostraron que las reacciones entre moléculas simples, como el amoníaco y el formaldehído, pueden sintetizar aminoácidos y otras macromoléculas, pero se necesita agua líquida y calor.
Los elementos radiactivos, como el aluminio-26 (26Al) -que se sabe que existía en las primeras condritas carbonáceas- liberan rayos gamma, una forma de radiación de alta energía, cuando se desintegran. Este proceso podría haber proporcionado el calor necesario para fabricar biomoléculas. Por ello, Kebukawa y un nuevo equipo querían comprobar si la radiación podría haber contribuido a la formación de aminoácidos en los primeros meteoritos.
Los investigadores disolvieron formaldehído y amoníaco en agua, sellaron la solución en tubos de vidrio y, a continuación, irradiaron los tubos con rayos gamma de alta energía producidos a partir de la desintegración del cobalto-60. Comprobaron que la producción de alfa-aminoácidos, como la alanina, la glicina, el ácido alfa-aminobutírico y el ácido glutámico, y de beta-aminoácidos, como la beta-alanina y el ácido beta-aminoisobutírico, aumentaba en las soluciones irradiadas a medida que aumentaba la dosis total de rayos gamma.
Basándose en estos resultados y en la dosis de rayos gamma esperada por la desintegración del 26Al en los meteoritos, los investigadores estimaron que se habrían necesitado entre 1.000 y 100.000 años para producir la cantidad de alanina y beta-alanina encontrada en el meteorito Murchison, que cayó en Australia en 1969. Este estudio aporta pruebas de que las reacciones catalizadas por los rayos gamma pueden producir aminoácidos, lo que posiblemente contribuya al origen de la vida en la Tierra, afirman los investigadores.