CARACAS (AP) — El gobierno colombiano y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional anunciaron el lunes que México será la nueva sede del segundo ciclo de negociación que iniciará en enero de 2023 luego de culminar en Caracas el primer ciclo.
Leopoldo De Gyves, embajador de México en Venezuela, reiteró desde Caracas la voluntad de su gobierno para apoyar la “lucha por la paz” que constituye una “irrenunciable política de Estado”.
Andrés Manuel López Obrador aceptó a finales de noviembre la invitación para ser un país garante. Las partes aún están arreglando los detalles logísticos de la siguiente fase y no dieron el día exacto en que arrancará.
Noruega, Venezuela, Cuba, México y Chile fueron ratificados como países garantes y la Iglesia católica y las Naciones Unidas como acompañantes permanentes de la mesa de negociación.
El ELN, considerada la última guerrilla activa de Colombia, retomó en noviembre las conversaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro -el primero de tendencia izquierdista en gobernar Colombia- que como muestra de voluntad política levantó las órdenes de captura contra los líderes insurgentes. Mientras, el ELN ha liberado 20 secuestrados, entre civiles y miembros de la fuerza pública.
Las partes no anunciaron un cese al fuego bilateral y aseguraron que lo contemplarán más adelante. Israel Ramírez Pineda, el segundo comandante del ELN conocido con el alias de “Pablo Beltrán”, dijo a la prensa que el ELN está evaluando hacer un cese al fuego unilateral para épocas navideñas -como lo han hecho en años anteriores o en pandemia- y que esperan que las Fuerzas Armadas no tomen ventaja militar.
La guerrilla y el gobierno colombiano reinstalaron la mesa de conversaciones con sus respectivas delegaciones partiendo desde lo avanzado en los diálogos que habían comenzado durante el gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018) en Quito y que luego se trasladaron a Cuba.
“Aspiramos en el siguiente ciclo comenzar a desarrollar los puntos acordados en la agenda anterior”, que fueron actualizados y ampliados durante el desarrollo de los recientes diálogos en Caracas como consecuencia de que el proceso de paz estuvo suspendido por años, sostuvo Beltrán.
En septiembre de 2018 el gobierno de Iván Duque (2018-2022) los suspendió y condicionó su reanudación a que el ELN liberara a los secuestrados que tenía en su poder y frenara los atentados. En enero de 2019 se cerró definitivamente la negociación cuando el ELN atacó una escuela de policía en Bogotá causando la muerte de 22 personas.
La ruptura dejó en el limbo a la delegación del ELN que se hospedaba en Cuba y tuvo que permanecer allí durante años, mientras el gobierno de Duque pedía la extradición de los insurgentes y La Habana se refugiaba en los protocolos pactados que contemplaban el retorno seguro del ELN a Colombia en caso de que se rompieran los diálogos.
Con ese antecedente, los actuales negociadores ratificaron en un comunicado el lunes su voluntad de "respetar el papel de los países garantes, evitando que vuelva a presentarse una situación contraria al Derecho internacional" como la que tuvo lugar cuando se desconocieron los protocolos acordados afectando a Cuba.
Raúl Vergara Meneses, quien participó en los diálogos frustrados en 2018, fue recientemente designado por el presidente chileno Gabriel Boric para asumir la representación en la mesa y en esta ocasión considera que hay una posibilidad “alta” de que el proceso sea exitoso dado el compromiso de las partes, dijo el fin de semana en un mensaje difundido por Colombia.
El ELN, fundado en 1964 e inspirado en la revolución cubana, opera actualmente en 212 municipios de toda Colombia, según la estatal Defensoría del Pueblo. Se focaliza especialmente en los departamentos de Arauca, Norte de Santander y Nariño, fronterizos con Venezuela y Ecuador, respectivamente, así como en Chocó y Valle del Cauca, al suroeste del país. En algunas zonas está en proceso de expansión o consolidación y en otras en disputa con otros grupos armados.
En ese sentido, Otty Patiño, jefe del equipo negociador del gobierno colombiano y cofundador de la extinta guerrilla M-19 donde militó en su juventud Petro, resaltó que se acordó concentrar inicialmente las acciones de alivio humanitario en las regiones del Bajo Calima y el Chocó.
“La tragedia humanitaria es muy compleja” en Colombia, por lo que es necesario ir paso a paso para contribuir con “la superación de la violencia que tiene otras causas y otros actores”, como las bandas narcotraficantes, distintos al gobierno colombiano y el ELN, acotó Patiño.
Pineda, vocero del ELN, explicó que buscan que las decenas de familias que se han desplazado forzosamente por el conflicto puedan regresar primero a refugios colectivos y luego a su hogar con la mejora de sus condiciones de vida y seguridad.
Las acciones en Bajo Calima y el Chocó serán el primer “espacio de intervención humanitaria”, que aspiran replicar en otras regiones del país, tomando en consideración que allí hacen vida varios grupos armados.
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Suárez reportó desde Bogotá.