BRUSELAS, 14 (EUROPA PRESS)
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reunirán este jueves en una cumbre en Bruselas marcada por las tensiones en materia migratoria tras el aumento de llegadas irregulares y la urgencia por encontrar una respuesta a la altura de la ley de subsidios adoptada en Estados Unidos para potenciar la tecnología verde y que desde la UE ven discriminatoria e inaceptable.
Los europeos observan con preocupación la nueva Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense con un paquete de 369.000 millones de dólares en subsidios para potenciar la inversión en Estados Unidos y desde Bruselas ya se ha advertido de que podría perjudicar a la industria europea, en particular a la del automóvil, las baterías o la de las energías renovables.
En una carta a los líderes antes de encontrarse el jueves, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apunta el "riesgo de desequilibrar el campo de juego y de discriminar a las empresas" que supone la ley de subsidios estadounidense, aunque valora que Washington dé el paso de apostar por la transición verde como ya ha hecho Europa con el Pacto Verde.
En su análisis de la estrategia de Washington, la política alemana adelanta que piensa en una revisión de las reglas de ayudas públicas de la UE e insiste en la necesidad de un "fondo soberano europeo" para descarbonizar la industria europea para el que presentará propuestas concretas en verano, aunque hay capitales que consideran que la UE ya cuenta con fondos e instrumentos adecuados.
Los países europeos coinciden en la necesidad de estudiar y analizar el dopaje estadounidense a sus empresas pero algunos socios advierten del peligro de "iniciar una carrera" de subsidios que "no ayudaría" tampoco a la UE porque los grandes países podrían participar pero otros se quedarían atrás, según analizan fuentes diplomáticas.
La cuestión migratoria será igualmente abordada por los líderes con distintas visiones de cómo encarar la situación y las reiteradas llamadas de Bruselas a desbloquear la reforma de la política migratoria y asilo que la UE trata de acordar sin éxito desde hace varios años, por las posiciones tan alejadas respecto a la responsabilidad y la solidaridad que cada socio debe asumir en el reparto de la carga del asilo.
La crisis reciente entre Francia e Italia por la negativa del nuevo gobierno ultraderechista de Giorgia Meloni a permitir el desembarco en sus puertos de 200 migrantes rescatados en alta mar será una de las aristas del debate que Bruselas intenta apaciguar con planes de acción para cada ruta basados en un control más estricto de las fronteras y una mayor cooperación con países terceros para agilizar las deportaciones de quienes entren de manera irregular.
El veto de Austria y Países Bajos esta semana a permitir la entrada en el espacio sin fronteras Schengen de Rumanía y Bulgaria, a pesar del apoyo sin fisuras del resto de socios y del aval de la Comisión Europea que desde hace una década afirma que cumplen los criterios será otro punto de previsible fricción cuando los líderes discutan de migración.
ENERGÍA Y UCRANIA
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, prevé dedicar una única jornada al tradicional Consejo Europeo de diciembre si bien la agenda cargada y los asuntos sensibles auguran una larga jornada que previsiblemente se extenderá hasta la madrugada, según distintas fuentes europea.
Aunque no está en agenda, es probable también que los mandatarios evoquen las relaciones con Qatar, después del escándalo destapado a finales de la semana pasada por la trama de presuntos pagos de sobornos de representantes de este país a eurodiputados y asistentes parlamentarios para ganar peso en la UE.
Junto a la presión migratoria por la reactivación de rutas irregulares por el Mediterráneo Central o los Balcanes occidentales, los debates de los líderes se centrarán también en el mercado energético y la necesidad de una reforma a largo plazo, un marco en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intentará convencer a sus socios alemán, Olaf Scholz, y holandés, Mark Rutte, de que retiren sus reservas a rebajar el techo al precio de las importaciones de gas que se negocia a 27.
La continuación del apoyo a Ucrania y la respuesta contundente frente a la invasión de Rusia será otro de los asuntos de discusión entre mandatarios, cuando no termina de salir adelante el noveno paquete de sanciones, aunque podrán confirmar la ayuda macrofinanciera de 18.000 millones de euros a Ucrania para 2023, tras superar el veto de Hungría a esta y otras decisiones claves en la semana pasada.