MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Así, el proyecto legaliza "la resistencia activa y pasiva de los ciudadanos en áreas del territorio nacional ocupadas por fuerzas agresoras", tras abogar por la creación de grupos de autodefensa para hacer frente a los yihadistas, según ha recogido el diario mozambiqueño 'Verdade'.
El ministro de Defensa de mozambique, Cristovao Chume, ha defendido que "la propuesta busca legitimar la actuación de la 'fuerza local' que combate mano a mano y con valentía a los terroristas". Así, ha dicho que esto permitirá mejoras en "estructuración, organización y apoyo logístico" a estas fuerzas.
Asimismo, ha destacado que esta 'fuerza local0 no cuenta con "presencia permanente" y ha recalcado que las fuerzas de seguridad trabajan para "sustituir" el apoyo prestado por la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) y las fuerzas especiales de Ruanda, desplegadas en Cabo Delgado para reforzar la lucha antiterrorista.
Por otra parte, Chume ha defendido que estos grupos de autodefensa fueron creados para "reforzar el papel de las fuerzas de defensa y seguridad en el combate y contención de las incursiones terroristas, proteger a las comunidades y las infraestructuras públicas y privadas", tal y como ha informado la agencia portuguesa de noticias Lusa.
El proyecto ha contado con el apoyo del gubernamental Frente para la Liberación de Mozambique (Frelimo), que cuenta con la mayoría en el Parlamento. Por su parte, los opositores Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo) y Movimiento Democrático de Mozambique (MDM) han votado en contra.
El propio Chume aseguró a mediados de noviembre que los grupos yihadistas "no cuentan con bases permanentes" en la provincia de Cabo Delgado, antes de indicar que los yihadistas se dividen en pequeños grupos que han perdido sus posiciones a causa de las operaciones de las fuerzas de seguridad.
Cabo Delgado es escenario desde octubre de 2017 de ataques obra de milicianos islamistas conocidos como Al Shabaab, sin relación con el grupo homónimo que opera en Somalia y que mantiene lazos con Al Qaeda. Desde mediados de 2019 han sido reivindicados en su mayoría por Estado Islámico en África Central (ISCA), que ha recrudecido sus acciones desde marzo de 2020.