MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El equipo, formado por investigadores de la Universidad de York y el Museo Británico, analizó los restos de 1.226 vasijas de cerámica procedentes de 156 yacimientos de cazadores-recolectores de nueve países del norte y el este de Europa. Combinaron la datación por radiocarbono, junto con datos sobre la producción y decoración de las vasijas de cerámica, y el análisis de los restos de alimentos hallados en el interior de las vasijas.
Sus hallazgos, publicados en la revista 'Nature Human Behaviour', sugieren que la alfarería se extendió rápidamente hacia el oeste a partir del 5.900 a.C. y sólo tardó entre 300 y 400 años en avanzar más de 3.000 km, lo que equivale a 250 km en una sola generación.
Según el profesor Oliver Craig, del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, "este análisis de las formas en que se diseñaban y decoraban las vasijas, así como las nuevas fechas de radiocarbono, sugieren que el conocimiento de la alfarería se extendió a través de un proceso de transmisión cultural. Con esto queremos decir que la actividad se extendió por el intercambio de ideas entre grupos de cazadores-recolectores que vivían cerca, en lugar de a través de la migración de personas o de una población en expansión, como vemos para otros cambios clave en la historia de la humanidad, como la introducción de la agricultura".
"Que los métodos de fabricación de cerámica se extendieran tan lejos y tan rápido a través de la transmisión de ideas es bastante sorprendente --prosigue en un comunicado--. Los conocimientos específicos pueden haber sido compartidos a través de matrimonios o en centros de agregación, puntos específicos en el paisaje donde grupos de cazadores-recolectores se reunían tal vez en ciertas épocas del año".
Mediante el estudio de los restos de materiales orgánicos dejados en las vasijas, el equipo demostró que la cerámica se utilizaba para cocinar, por lo que las ideas de alfarería pueden haberse difundido a través de tradiciones culinarias compartidas.
Por su parte, Carl Heron, del Museo Británico, explica que hallaron "pruebas de que las vasijas se utilizaban para cocinar una amplia gama de animales, peces y plantas, y esta variedad sugiere que los motivos para fabricar la cerámica no respondían a una necesidad concreta, como desintoxicar plantas o procesar pescado, como se había sugerido anteriormente".
"También encontramos patrones que sugieren que el uso de la cerámica se transmitía junto con el conocimiento de su fabricación y decoración --añade--. Pueden considerarse tradiciones culinarias que se transmitieron rápidamente con los propios artefactos".
Los recipientes de cerámica más antiguos del mundo proceden de Asia oriental y es posible que se extendieran rápidamente hacia el este a través de Siberia, antes de ser adoptados por las sociedades de cazadores-recolectores del norte de Europa, mucho antes de la llegada de la agricultura.