El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ordenado un dispositivo de más de mil soldads y otros 130 policías para cercar la comunidad de Tutunichapa de la capital, San Salvador, para detener a los presuntos pandilleros que allí habitan.
"Desde esta mañana, la comunidad Tutunichapa, en San Salvador, está totalmente cercada", ha manifestado Bukele en su perfil de Twitter, donde ha defendido que los agentes de seguridad tienen la misión de "extraer a los criminales que aún quedan en esta comunidad".
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En palabras del propio mandatario salvadoreño, Tutunichapa es "famosa por el narcotráfico" y desde hace meses es un "bastión del crimen" en El Salvador, nación inmersa en un estado de excepción que tiene como último fin acabar con la violencia y delincuencia que hace ya varios meses llevó al país a una situación límite.
"Todos los terroristas, narcotraficantes y pandilleros serán removidos de esta comunidad (...) Los ciudadanos honrados no tienen nada que temer y pueden continuar haciendo su vida normalmente", ha aclarado Bukele.
A finales de marzo, cuando El Salvador llegó a registrar 62 homicidios en tan solo un día, la Asamblea Legislativa del país aprobó un estado de excepción que se ha ido extendiendo a lo largo de los meses, culminando con la detención de más de 57 mil 500 presuntos pandilleros.
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Esta medida le ha servido al país, y en concreto al presidente Bukele, las críticas no solo de sectores opositores nacionales, sino también de gran parte de las organizaciones de Derechos Humanos, que alertan de detenciones arbitrarias y ausencia de garantías para los presos.