LIMA (AP) — La presidenta peruana Dina Boluarte ofreció el jueves que no permitirá la impunidad en las investigaciones sobre las muertes de las protestas contra su gobierno, tras la destitución de su antecesor, Pedro Castillo, tras intentar disolver el Congreso. Desechó además, en una conferencia ante medios internacionales, que la salida a la crisis política de Perú sea su renuncia como presidenta.
“Que se investigue, se individualicen los hechos y la Fiscalía y el Poder Judicial estarán asumiendo sus roles como corresponde (…) No se va a quedar nada impune”, prometió Boluarte.
Recordó que su gobierno invitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Perú para que evalúe la situación en el territorio y que una misión de este organismo supranacional volverá al país andino en enero para culminar sus labores.
Reconoció que al asumir la presidencia de la República no pensó “que iba a haber esta tremenda violencia a nivel nacional” y que fue difícil decidir decretar el estado de emergencia, en que se suspenden derechos fundamentales de los ciudadanos. Justificó la medida en que era para “para defender la vida y tranquilidad de los 33 millones de peruanos”.
El ministro de Justicia, José Tello, aclaró que el estipendio que el gobierno alista para los familiares de los muertos de las protestas es un apoyo solidario, no una reparación. “Las reparaciones vendrán después, cuando lo establezca el Poder Judicial”, sostuvo.
Boluarte asumió el gobierno luego de que Castillo, que era presidente desde el 2021, fuera destituido por el Congreso tras intentar disolver el Parlamento el 7 de diciembre. La actual mandataria era vicepresidenta, elegida en la misma lista con su antecesor, fue juramentada ese mismo día como sucesora.
Sin embargo, en regiones alejadas de Lima, miles de peruanos iniciaron protestas contra el nuevo gobierno que han dejado 27 muertos, según el Ejecutivo. Los manifestantes reclaman nuevas elecciones, cierre del Congreso y renuncia de Boluarte.
Volvió a cuestionar los pedidos de que dimita. “¿Qué resolvería mi renuncia? Estaríamos generando una anarquía", desechó la presidenta. "El Congreso asciende a la presidencia y tendría que llamar a elecciones de inmediato, ¿pero sobre qué bases? Estaríamos caminando sobre el mismo desorden”, analizó en referencia a las reglas que se consideran que deben mejorar.
Las manifestaciones ´contra su administración están en tregua parcial pero varios grupos anunciaron que retomarán las movilizaciones el 4 de enero.
En respuesta a las protestas, Boluarte viajará a regiones alejadas de la capital para tratar de calmar la indignación e intentar contrarrestar la percepción de que ella conspiró contra Castillo para hacerse con el poder, lo que motiva el rechazo a su gestión gestión.
La mandataria, que ya prometió que el gobierno iría a territorio a recoger las demandas de la población, alega que hay manipulación contra ella.
“A mis hermanos y hermanas del Perú profundo, mis paisanos, mis llajtamasis (paisano en quechua, lengua originaria), no les han dicho la verdad aquellas personas que están liderando estas movilizaciones cargadas de violencia", rechazó Boluarte.
"Lo que les han dicho a mis hermanas y hermanos de Puno, Arequipa, Apurímac, del Cusco y seguramente de otras regiones es que Dina Boluarte ha dado golpe a Pedro Casillo (…) Y eso no es cierto”, desmintió Boluarte ante medios extranjeros.
Detalló su plan de viaje. Irán primero a Cusco el viernes y se reunirá con prensa local y regional del sur peruano. Hablando “en el runasimi” -o sea en quechua- les dirá a todos "que Dina no ha movido una sola pestaña para que suceda lo que le ha sucedido al expresidente Pedro Castillo”, recalcó.
El exgobernante está preso y la fiscalía lo investiga por presunta rebelión y conspiración por su intento de disolver el Congreso. Un tribunal del Poder Judicial peruano ratificó el jueves la orden de un juez de que Castillo esté en prisión preventiva por 18 meses mientras la Fiscalía lo investiga.
En víspera, en la audiencia del caso, el exgobernante negó haber cometido rebelión porque no se alzó en armas y culpó al gobierno de Boluarte de las muertes generadas en las manifestaciones.
“Quien se levantó en armas para acabar con la vida de más de 30 peruanos es el actual gobierno obteniendo como saldo más de 20 desaparecidos y más de 200 heridos”, alegó Castillo desde un reclusorio especial para expresidentes, que comparte con Alberto Fujimori.
Los ministros del Interior, Víctor Rojas, y de Defensa, Jorge Chávez, también anunciaron viajes a las zonas donde se alista la reanudación de protestas en los próximos días. El primero dijo que desde el jueves irá a las regiones de Arequipa, Cusco, Puno para asegurar una labor policial sin excesos y la continuación de los servicios y el libre tránsito.
La presidenta peruana también dedicó parte de su conferencia para referirse a los embajadores peruanos en México, Argentina, Colombia y Bolivia, a los que ha llamado a consulta por el respaldo manifestado de esos países a Castillo como presidente legítimo, para que regresen a las naciones donde cumplían funciones diplomáticas.
Sobre la controversia con México, reiteró que no cree las opiniones del presidente Andrés Manuel López Obrador, sean “el sentir del pueblo mexicano respecto a Perú”.
Anunció que insistirá a las bancadas de izquierda, como Perú Libre, con la que ella fue electa, y Bloque Magisterial, escisión identificada con Castillo, para retomar el diálogo. Estos grupos se habían mostrado reacios a conversar con la nueva jefa de Estado.
El primer ministro, Alberto Otárola, precisó que el gobierno de Boluarte es pragmático porque busca resolver problemas del país, aunque ella se identifica con la izquierda. “Este no es un gobierno de izquierda ni de derecha, es un gobierno de transición”, dijo.