MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
"Siento enormemente la preocupación que he causado a la gente", ha declarado el exmandatario, de 81 años y afectado por diabetes y otras enfermedades crónicas, antes de entrar en su domicilio de Seúl y poner fin a un proceso que comenzó con su detención inicial en 2018.
En marzo de ese año, Lee acabó bajo custodia bajo los cargos de soborno y apropiación indebida antes de que el Tribunal Supremo ratificara en 2020 una sentencia de 17 años de prisión, aunque el exmandatario llevaba hospitalizado desde junio.
La amnistía no solo le exime de los 15 años de cárcel que le quedaban sino también de pagar multas por valor de unos seis millones de euros.
"Quiero agradecer a la gran cantidad de gente, especialmente los jóvenes, que me han respaldado y han rezado por mí durante los últimos cinco años", ha añadido en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.
Lee ejerció el Ejecutivo coreano desde 2008 hasta 2013, cuya Administración estuvo marcada por las tensiones con Corea del Norte. Los cargos de corrupción contra el líder derivaban de una investigación sobre la empresa automovilística de su hermano, a través de la cual el presidente pudo lucrarse mientras ocupaba su cargo, de acuerdo con la información recopilada por Bloomberg.