QUITO (AP) — Ecuador registró este año la tasa más alta de muertes violentas en su historia con 25,32 por cada 100.000 habitantes, admitió el comandante general de la policía.
El jefe policial Fausto Salinas dijo en una entrevista con el canal Teleamazonas que la cifra representa unos 4.500 muertos al cierre del año, “la más alta en la historia”. En 2021 se habían registrado 2.464 asesinatos.
Salinas agregó que 158 personas cabecillas o que cumplían un rol importante en organizaciones criminales fueron detenidos y que se decomisaron 196 toneladas de drogas, 8.800 armas, 158.000 municiones y 363.000 explosivos.
El general agregó que en el año hubo 73 policías fallecidos, 817 heridos y 229 tentativas de asesinato de servidores policiales.
Salinas negó que entre los uniformados ecuatorianos existan “narcogenerales” como denunció meses atrás el embajador de Estados Unidos en Ecuador, Michael Fritzpatrick, y manifestó que la institución ha realizado tareas de investigación que dejaron 350 policías sancionados por faltas graves y 220 exonerados.
También admitió una caída de la imagen institucional a un 18% por el asesinato de una abogada en una escuela de formación policial en Quito, cuyo esposo, un expolicía procesado por femicidio, es buscado a nivel internacional.
Para el analista en seguridad y docente del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Diego Pérez, la falta de una estrategia de seguridad se evidencia en los niveles de delincuencia y muertes violentas que han vuelto “vulnerable” al país frente la operación de los carteles. “Lo que hemos tenido han sido reacciones a la problemática” o a una coyuntura específica, comentó a The Associated Press.
Pérez señaló la necesidad de establecer un plan de seguridad con la concurrencia de todos los sectores sociales que debe tener entre sus ejes el fortalecimiento de las capacidades de las instituciones, del sistema de inteligencia del Estado y una depuración institucional.
“La penetración en la Fiscalía, en la policía” de las mafias y del crimen organizado no deja la certeza de que la planificación, el trabajo y los recursos que se destinen a combatirlos lleguen a buen término, “por más operativos, por más que hagan esfuerzos”, enfatizó.
Ecuador atraviesa desde 2021 una ola de inseguridad que se refleja en al menos nueve enfrentamientos en las cárceles entre bandas delictivas que pugnan por el control del territorio que dejaron 436 presos asesinados.
Según las autoridades, las disputas vinculadas con el tráfico de drogas se ha trasladado a las calles, especialmente de la provincia del Guayas, que concentra el 30% de las muertes violentas.
El gobierno ha declarado en reiteradas ocasiones estados de excepción que permiten la presencia de policías y militares en las zonas de conflicto, así como toques de queda. El último se dictó en noviembre luego de un ataque simultáneo con artefactos explosivos y armas de fuego a unidades policiales que dejaron siete policías fallecidos.