MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, pidió al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que votara en contra de una investigación de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la legalidad de los asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado; una solicitud que Zelenski se negó a satisfacer en medio de tensiones sobre la falta de ayuda militar israelí a Ucrania en la guerra con Rusia.
Múltiples fuentes oficiales israelíes y ucranianas han explicado al portal estadounidense Axios que Netanyahu pidió a Zelenski hace semanas que votara en contra de la iniciativa ante la Asamblea General, teniendo en cuenta que Kiev ya había votado a favor de la decisión en una ronda previa a nivel de comité.
Zelenski optó en su lugar por ordenar al embajador ucraniano ante la ONU que se ausentara de la votación "para dar una oportunidad a las relaciones con el nuevo Gobierno israelí" liderado por Netanyahu, según fuentes ucranianas, y después de una infructuosa serie de llamadas en las que el presidente ucraniano solicitó a su homólogo israelí que reconsiderara su postura y comenzara a entregar ayuda militar a Ucrania.
El presidente israelí contestó que consideraría la petición pero no declaró compromiso alguno, de ahí que Zelenski ordenara al embajador que se ausentara de la votación; una decisión que ha provocado cierto malestar entre el nuevo Gobierno israelí.
"Ninguno de los dos líderes quedó satisfecho y ninguno consiguió lo que quería", ha explicado un alto responsable ucraniano al portal estadounidense.
La resolución fue finalmente aprobada con 87 votos a favor, 26 en contra y 53 abstenciones. El documento correspondiente, titulado 'Prácticas de Israel y actividades de asentamiento que afectan a los derechos del pueblo palestino y otros árabes en los territorios ocupados', pide al tribunal "trasladar urgentemente su opinión" sobre la "prolongada ocupación y anexión de territorio palestino".
Además, insta a abrir una investigación sobre las medidas tomadas por las autoridades de Israel para "alterar la composición demográfica y el estatus de Jerusalén", al tiempo que acusa a Israel de adoptar "legislación y medidas discriminatorias" contra la población.
La CIJ, que podría tardar entre uno y dos años en emitir su opinión, se pronunció por última vez sobre el conflicto en 2004, cuando la Asamblea General pidió que intercediera. Entre los países que han votado este viernes en contra de la resolución se encuentra ahora Israel, Reino Unido, Estados Unidos, Austria, Canadá, Alemania, Italia y Australia, entre otros.