MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Los tres han sido acusados además de "ocultar una traición", motivo por el que se les ha denegado la liberación bajo fianza. Estos cargos implican que los imputados podrían ser condenados a cadena perpetua.
Los imputados son Mustapha Jabbi, Saikou Gassama y Fabakary Jawara, quienes rechazaron el martes los cargos durante una visita ante un tribunal de la capital, Banjul, según ha recogido el diario gambiano 'Foroyaa'.
Las autoridades consideran que los tres sospechosos conspiraron entre ellos y no informaron al Gobierno de la existencia de un plan para derrocar al presidente, Adama Barrow después de que el militar Sanna Fadera les revelara los planes sobre el complot.
El asesor de Seguridad Nacional de Gambia, Abubacarr Jeng, desveló el 29 de diciembre que las autoridades estaban investigando la posible participación de civiles en la intentona debido a que los responsables de la misma habrían mantenido reuniones clandestinas que habrían contado con la colaboración de civiles.
El portavoz del Gobierno gambiano, Ebrima Sankareh, anunció el 21 de diciembre el arresto de cuatro militares que "planeaban derrocar el Gobierno democráticamente electo del presidente". Días después fueron detenidos otros tres soldados sospechosos de estar implicados en el plan.
Barrow juró en enero el cargo para un segundo mandato después de que el Tribunal Supremo rechazara a finales de diciembre el recurso presentado por el principal candidato opositor contra los resultados oficiales de las elecciones del 4 de diciembre de 2021.
El presidente logró la reelección a pesar de que eso supuso romper su promesa de estar únicamente tres años en el cargo --que se cumplieron en 2020--, después de alcanzar una polémica alianza con el partido del antiguo dictador Yahya Jamé y después de que algunos aliados se alejaran de su lado para competir contra él.
El mandatario, que se hizo con la victoria en diciembre de 2016 tras presentar su candidatura como independiente con el apoyo de los grupos opositores a Jamé, juró el cargo en enero de 2017 después de que el dictador se marchara al exilio a Guinea Ecuatorial tras rechazar su derrota en un primer momento, lo que derivó en una amenaza de intervención militar por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).