MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El que fuera presidente nigeriano ha indicado, en entrevista con el 'Financial Times', que el número de fallecidos "ronda los 600.000" tras recordar que, durante la firma del alto el fuego del acuerdo de paz en Pretoria (Sudáfrica) en noviembre del año pasado, funcionarios etíopes se felicitaron por haber detenido un conflicto que hasta entonces estaba dejando cifras de "un millar de muertos al día".
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno del primer ministro, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
UNA ESTIMACIÓN APROXIMADA
Grupos de expertos internacionales consultados por el diario consideran que la estimación de Obasanjo podría ser "aproximadamente correcta".
El investigador de la Universidad de Gante (Bélgica), Tim Vanden Bempt, calcula que solo el número de civiles fallecidos oscilaría "entre los 300.000 y 400.000", bien debido a las atrocidades de guerra, hambre o falta de acceso a cuidados médicos.
El experto ha matizado que otras estimaciones que apuntan a entre 200.000 y 300.000 bajas en combate no han podido ser verificadas con la suficiente exactitud.
Responsables etíopes bajo condición de anonimato consideran por su parte que estas estimaciones son exageradas, pero reconocen que el conflicto podría haber dejado entre 80.000 y 100.000 víctimas mortales, explica el diario. El jefe de la Comisión de Etiopía para los Derechos Humanos, Daniel Bekele, llama de todas formas a la cautela.
"Probablemente nunca sabremos el número total de víctimas mortales y tenemos que ser muy cautos a la hora de lidiar con estimaciones que podrían ser exageradas", ha indicado.