MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El aún director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, admite que le encantaría que la actual subdirectora de la pinacoteca, se presentanse al concurso para ser su sucesora, aunque duda que lo haga.
"Es una decisión que ella tiene que tomar pero es una persona muy vinculada a mi y francamente dudo que se presente pero es su decisión. Como cualquier ciudadano lo puede hacer. Me encantaría que lo hiciese porque es extraordinaria a todos los niveles", ha señalado en una entrevista a RNE que recoge Europa Press después de hacer público que él mismo no optará por una reelección presentándose al concurso, tras quince años al frente
En todo caso, ha destacado que será tapia quien se encargará de la dirección de forma interina a partir de este jueves hasta la llegada de un nuevo sucesor, junto con el subdirector gerente, Julián González.
También ha reconocido que la decisión de no presentarse a la reelección de la institución le generó "dudas al principio" aunque ha reiterado que estaba tomada "hace bastantes meses".
"Tuve dudas porque llevaba muchos años con mucha gente y porque había que acabar algunos proyectos pero antes de que estas guerras culturales llegaran, que sabía que iba a ocurrir, decidí dar un paso al lado y la decisión la tomé hace bastantes meses", ha asegurado Borja-Villel.
Al respecto, al ser consultado por Europa Press a finales del pasado mes de diciembre acerca de su continuidad, el director afirmaba que no iba a desvelar todavía ninguna decisión y remitía al 'modus operandi' de la primera ocasión en que se presentó al cargo.
Borja-Villel ha lamentado que en España hayan "guerras culturales" y ha puesto en valor que el Reina Sofía sea una institución "que ha salido bien en España". "Creo que en este país las instituciones son algo que ha costado mucho conseguir", ha subrayado.
En este sentido, ha apuntado que entiende que se pueda atacar la gestión de una persona al frente de las instituciones pero ha matizado que son espacios que "hay que cuidar" y ha criticado que haya veces que "en el fondo se traten de tumbar porque quizá molestan".
El director del Reina Sofía ha asegurado que sabía que con el anuncio de su salida habría una "tormenta" pero ha dicho estar "tranquilo" y por ello ha dado "un paso al lado". "Creo que es el momento de hacer menos gestión y empezar a hacer cosas diferentes a nivel de ideas y proyectos", ha explicado.
Borja-Villel ha criticado esas afirmaciones que le señalan como un director "personalista" y ha destacado que al mismo tiempo le elogian por haber creado un equipo, sobre el cual ha dicho que es "extraordinario". Preguntado por temas "incómodos" que contiene la institución, como una sala dedicada al 15-M, el director ha defendido que el Reina Sofía "siempre ha estado fuera de esas polémicas" y ha puesto el foco en el nombre de la institución y en que contiene obras republicanas.
"El material sensible es el hecho de que trabajemos con artistas vivos y es el hecho de que un artista te hace cuestionar de dónde vienes y a dónde vas. Todo esto hace moverse el mundo y sabemos que hay gente que no quiere que se mueva", ha comentado, antes de añadir que "si fuese posible, volverían hacia atrás".
BALANCE
En relación con el balance de sus 15 años en la dirección, Borja-Villel ha destacado el equipo humano con el que ha trabajado, destacando que el Reina Sofía cuenta con recursos "muy limitados", y ha reiterado que lo que se ha logrado es "extraordinario".
Asimismo, ha destacado el crecimiento de visitas que ha experimentado la pinoteca en los últimos años y ha rechazado que se diga que es un museo "elitista". "Cuando llegué teníamos más de un millón de visitas, antes de la pandemia, llegamos a los 4,5 millones, por lo tanto elitista no debe ser, sobre todo cuando por la tarde vienen muchos jóvenes porque es gratis", ha indicado.
Además, ha apostillado que lo mejor que se lleva de su trayectoria es "el favor popular", la "aceptación" del público y el "privilegio" de trabajar en el Reina Sofía. Preguntado sobre si tiene miedo acerca de que tras su salida se deshaga lo creado bajo su mandado, Borja-Villel ha aludido a la historia que tiene la institución, por lo que no cree que vaya a ocurrir.
El pasado mes de noviembre, el Patronato del Museo Reina Sofía puso a disposición de los miembros un informe que recoge, de manera general, las principales líneas de actuación para la elección de la persona que ocupará el cargo de director, el cual se conocerá en 2023.
Desde la pinacoteca se recuerda que el director "es nombrado y separado por Real Decreto acordado en Consejo de Ministros, a propuesta de la persona titular del Ministerio de Cultura". Así, a tales efectos, "se acudirá a un sistema de preselección que garantice la publicidad y concurrencia, que asegure la participación del Real Patronato, con el asesoramiento de un comité de expertos y profesionales del mundo de la cultura y de su gestión".
Borja-Villel llegó al Reina Sofía tras un proceso que finalizó en diciembre de 2007 e imponiéndose a 28 candidatos, siete de ellos extranjeros, que se presentaron al concurso internacional convocado por el Ministerio de Cultura --entonces dirigido por César Antonio Molina-- para sustituir a la exdirectora, Ana Martínez de Aguilar, que dimitió.
Entonces, un Comité Internacional de Expertos, presidido por el director general de Bellas Artes, José Jiménez, fue el encargado de elegir al nuevo responsable del museo tras ponerse en marcha un Código de Buenas Prácticas y que establecía que sólo tendría competencias artísticas. No obstante, con las sucesivas renovaciones --una con José Ignacio Wert al frente de Cultura y la otra con Íñigo Méndez de Vigo-- se amplió esa labor.
CLAROS Y OSCUROS EN 15 AÑOS DE DIRECCIÓN
La labor de Borja-Villel al frente del Reina Sofía estos años de mandato ha estado marcada por algunos logros como el hecho de alcanzar un récord de visitas con la exposición dedicada a Salvador Dalí en el año 2013 --con un total de 732.339 personas-- o la reordenación de la colección permanente del museo, que terminó y presentó en este último semestre de 2022.
Por el contrario, su mandato también ha estado salpicado por algunas polémicas, como el organizar una muestra de León Ferrari que incluía obras como un Cristo crucificado en un avión --y que le supuso una querella de Abogados Cristianos--, o este último tramo en el que ha recibido varias críticas por el hecho de contemplar la posibilidad de prolongar su mandato más allá de las tres fases que habilitaban las buenas prácticas.
Desde que accedió a la dirección ha puesto en marcha una política de contabilización de visitas que supuestamente le ha elevado por encima de otros museos como el Prado --con más de 3 millones de visitantes anuales--, si bien estas cifras incluyen las sedes gratuitas del Retiro --Palacio de Velázquez y Palacio de Cristal--, quedando este último año un total de 1,1 millones de personas únicamente para la sede principal