MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Según los bioarqueólogos, más de uno de cada diez de los restos óseos de más de 2.300 antiguos agricultores procedentes de 180 yacimientos fechados hace entre 8.000 y 4.000 años presentaban heridas causadas por armas.
En contra de la opinión de que el Neolítico estuvo marcado por la cooperación pacífica, el equipo de investigadores internacionales afirma que, en algunas regiones, el periodo comprendido entre el 6000 y el 2000 a.C. puede ser un punto álgido de conflicto y violencia, con la destrucción de comunidades enteras.
Los hallazgos también sugieren que el auge de los cultivos y la cría de animales como modo de vida, en sustitución de la caza y la recolección, puede haber sentado las bases de la guerra formalizada.
Los investigadores utilizaron técnicas bioarqueológicas para estudiar restos óseos humanos procedentes de yacimientos de Dinamarca, Francia, Alemania, Gran Bretaña, España y Suecia.
El equipo recopiló los hallazgos para trazar, por primera vez, un mapa de los indicios de violencia en el Neolítico noroccidental europeo, que cuenta con la mayor concentración de yacimientos neolíticos excavados del mundo.
El equipo de las Universidades de Edimburgo, Bournemouth y Lund (Suecia) y del Centro de Investigación Osteoarqueológica de Alemania examinó los restos en busca de lesiones causadas principalmente por golpes contundentes en el cráneo.
Más del diez por ciento presentaban daños potencialmente causados por frecuentes golpes en la cabeza con instrumentos contundentes o hachas de piedra. También se encontraron varios ejemplos de lesiones penetrantes, que se cree que fueron causadas por flechas.
Según los investigadores, algunas de las lesiones estaban relacionadas con enterramientos masivos, lo que podría sugerir la destrucción de comunidades enteras.
"Los huesos humanos son la forma más directa y menos sesgada de prueba de hostilidades pasadas y nuestra capacidad para distinguir entre lesiones mortales frente a roturas post mortem ha mejorado drásticamente en los últimos años, además de diferenciar las lesiones accidentales de las agresiones con armas", afirma la doctora Linda Fibiger.
"El estudio plantea la cuestión de por qué la violencia parece haber sido tan frecuente durante este periodo. La explicación más plausible puede ser que la base económica de la sociedad había cambiado. Con la agricultura llegó la desigualdad, y parece que los menos favorecidos se dedicaron a veces al pillaje y a la violencia colectiva como estrategia alternativa para alcanzar el éxito, cuyos resultados se reconocen ahora cada vez más arqueológicamente", afirma Smith.
El estudio se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences.