ROMA, 22 (EUROPA PRESS)
"Que no nos ocurra predicar la salvación para todos y hacer impracticable el camino para recibirla; que nos sepamos llamados a llevar el anuncio del Reino y descuidemos la Palabra, dispersándonos en tantas actividades secundarias o en tantas discusiones secundarias", ha declarado Francisco durante la homilía de la misa con motivo del Domingo de la Palabra de Dios establecida por él en 2019.
En la misa que ha celebrado en la basílica de San Pedro del Vaticano, Francisco ha instado a no profesar "a un Dios de corazón ancho" y a "ser una Iglesia de corazón estrecho". "Esto sería, me atrevo a decir, una maldición", ha asegurado el Pontífice.
Sus reflexión lleva diez días después de la publicación del libro de Gänswein titulado "Nient'altro che la verità" (Nada más que la verdad, en español), de la editorial Piemme, que confirmaba la presencia de supuestas corrientes polarizadas en la Iglesia y en el que consideraba un error el documento 'Traditionis Custodes', con el que Francisco limitó las misas en latín, propias de tiempos previos al Concilio Vaticano II.
"Así nos lo ha mostrado la Iglesia: todos nosotros, incluso los pastores de la Iglesia, estamos bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Papa: sólo hay una Iglesia, Dios nos pide que estemos unidos", ha agregado.
El Pontífice ha instado también a que la Iglesia ponga "la Palabra en el centro", a que ensanche las "fronteras", a que se abra "a las personas" y a que genere "experiencias de encuentro con el Señor, sabiendo que la Palabra de Dios no se cristaliza en fórmulas abstractas y estáticas, sino que conoce una historia dinámica hecha de personas y acontecimientos, de palabras y acciones".