Andy Reid era un asistente prácticamente desconocido en Green Bay cuando Jefrey Lurie, el dueño de los Eagles, aprovechó la oportunidad que percibió y contrató al entrenador de quarterbacks que laboraba con Brett Favre para encomendarle la misión de revivir la franquicia en Filadelfia.
Un diario le dio una bienvenida cuestionable a Reid con un titular que decía “¿Andy qué?”.
Todos conocen ahora su nombre
Reid ganó 130 partidos, más que ningún otro estratega en la historia de la franquicia durante sus 14 temporadas con los Eagles. Guio a Filadelfia a nueve apariciones en los playoffs, seis títulos divisionales y cinco finales de la Conferencia Nacional.
Pero no consiguió ganar el Super Bowl. Cayó ante los Patriots de Nueva Inglaterra tras la temporada de 2004.
Por esa razón muchos fanáticos y periodistas en Filadelfia le niegan el reconocimiento.
Eventualmente, Reid se quedó sin empleo luego de su tercera temporada con foja negativa, en 2012. De inmediato, aterrizó en Kansas City, y conquistó el trofeo Vince Lombardi que se le había escapado. Patrick Mahomes y los Chiefs lo ganaron todo hace tres años.
Para ese momento, los Eagles habían ganado ya su primer Super Bowl, dirigidos entonces por Doug Pederson, uno de los alumnos más aventajados de Reid.
Ahora, Reid y los Eagles se enfrentarán en busca de un segundo título. Los Chiefs (16-3) frente a los Eagles (16-3) chocarán en uno de los duelos más esperados de Super Bowl en los últimos años.
Pero nadie debe esperar que Reid se muestre conmovido por ello.
“Cuando realmente buscas algo, te das cuenta de que ellos tienen un equipo realmente bueno. Pienso que en eso debe concentrarse la energía, porque realmente cuando comience el partido estaremos enfrentando a ese equipo”, dijo Reid el lunes.
“Ellos son los jugadores y entrenadores a quienes vamos a enfrentar, así que nuestra mente no se concentra en el uniforme y todo eso. Se concentra en asegurarnos de tener un plan sólido de juego y en salir a dar la mejor actuación, al tope de nuestras capacidades... Es algo grande, es el Super Bowl".
Casi un cuarto de siglo después de que acudió a una entrevista con los Eagles armado con una carpeta que contenía notas sobre cómo construir un equipo ganador, Reid ostenta credenciales dignas del Salón de la Fama. Ha llevado a los Chiefs a nueve apariciones en los playoffs, incluidos siete títulos divisionales consecutivos en 10 campañas con foja positiva.
Ha disputado cinco finales consecutivas de la Conferencia Americana y ha ganado tres.
“Éste es un testimonio del trabajo que el gerente general Brett Veach y el entrenaor Reid han hecho durante los últimos años”, dijo el presidente de los Chiefs, Clark Hunt, el mes pasado, luego que el equipo aseguró el cetro divisional.
“Evidentemente tenemos a un gran grupo de jóvenes y contamos con algunos nuevos jugadores. Andy y su personal han hecho un trabajo tremendo para incorporarlos al equipo. Eso es sólo parte de a NFL... No podría estar más orgulloso de ellos”.
Reid es un entrenador apegado a la vieja escuela, que se ha ganado el respeto y el cariño de sus jugadores. Prácticamente nunca ha hablado mal de alguno de sus dirigidos en público.
Pero parte de la crítica que recibió de la prensa en Filadelfia obedeció precisamente a que jamás responsabilizaba a alguien individualmente y siempre asumía toda la culpa por las derrotas o las malas actuaciones.
“Tengo que hacer un mejor trabajo”, se convirtió en su frase recurrente.
Así, se involucró en conferencias idénticas, en las que comenzaba dando el parte de lesionados, antes de decir a los reporteros: “es su turno”.
A sus 64 años, Reid se ha convertido en una especie de abuelo adorable en Kansas City. Se le conoce por vestir camisas con estampados florales y por hacer chistes sobre su propio peso.
Si se le pregunta cómo va a celebrar una victoria, suele dar la misma respuesta.
“¡Voy a comerme la mayor hamburguesa con queso que hayan visto jamás!”, dijo después de que los Chiefs vencieron a los 49ers de San Francisco en el Super Bowl del 2 de febrero de 2020.
Tras una victoria obtenida el 24 de diciembre sobre los Seahawks de Seattle, Mahomes y el tight end Travis Kelce obsequiaron a Reid una hamburguesa con queso, que venía dentro de una caja de zapatos deportivos Nike. Era un regalo de Navidad.
Los jugadores en el vestuario celebraron el gesto.
Reid sonrió y gritó: “Que todos reciban un regalo tan bueno como éste”.
Otro trofeo Lombardi podría ser el mejor obsequio de todos.
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El periodista de la AP, Dave Skretta, contribuyó con este despacho.