MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
La ola de terremotos que este lunes sacudieron el sur de Turquía también ha provocado un reguero de destrucción y muerte en el norte de la vecina Siria a donde, sin embargo, hacer llegar ayuda humanitaria y los vitales equipos de rescate en las horas posteriores a los temblores constituye todo un desafío.
Por una parte, el régimen de Bashar al Assad ha conseguido recuperar el control de buena parte del país casi doce años después de que el presidente reprimiera a sangre y fuego las protestas reclamando más democracia durante la 'Primavera Árabe'.
Sin embargo, los países occidentales se han venido negando todo este tiempo a canalizar la asistencia humanitaria a través del Gobierno sirio, como reclama Damasco, derivando cualquier ayuda a la población más vulnerable a través de las agencias de la ONU o de ONG que están presentes en el terreno.
Por otra parte, el noroeste, esencialmente la provincia de Idlib y algunas zonas de Alepo, está controlada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización terrorista heredera del Frente al Nusra que otrora fue filial de Al Qaeda en Siria, y que en los últimos años se ha esforzado en presentarse como una alternativa de gobierno en esta parte del país.
En el noreste, grupos rebeldes sirios apoyados por Turquía controlan algunas zonas mientras que otras están controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), compuestas entre otros por fuerzas kurdas sirias y que cuentan con el respaldo de Estados Unidos.
Hasta ahora, el envío de ayuda humanitaria al noroeste de Siria, donde viven unos cuatro millones de personas, la mitad de las cuales son desplazados por el conflicto llegados de otras partes del país, solo se podía hacerse a través de un único paso desde Turquía, el de Bab al Hawa.
En los últimos años, el Gobierno sirio ha conseguido, gracias al poder de veto de Rusia, su principal aliado en la escena internacional, ir reduciendo el número de pasos fronterizos por los que hacer llegar ayuda desde Turquía en sucesivas votaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
PROBLEMAS EN LA AYUDA TRANSFRONTERIZA
La zona en la que se encuentra este paso fronterizo ha resultado dañada por los terremotos. Según la Agencia de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), fuentes locales han indicado que las operaciones transfronterizas se están viendo temporalmente perturbadas por los problemas en las carreteras de la zona.
En concreto, la carretera que une Gaziantep, la localidad turca donde se localizó el epicentro del seísmo más potente, y Hatay, el distrito más castigados por los terremotos y donde la ONU tiene el centro en el que se controla la ayuda y verifica antes de cargarla en los camiones que la trasladarán a Siria, no está accesible. Ante esta circunstancia, la ONU y sus socios están explorando otras rutas y realizando evaluaciones de viabilidad.
Asimismo, a esto se añade la grave inflación que atraviesa el país, donde la libra siria se encuentra en niveles mínimos, y que está provocando a su vez problemas en el suministro de combustible.
El portavoz de la Federación de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Tommasso della Longa, reconocía este martes que a la falta de maquinaria para poder retirar los escombros a que han quedado reducidos cientos de edificios se sumaba la falta de combustible. "Esto está lastrando la labor de la maquinaria pesada, el transporte de personal y los servicios de emergencias de ambulancias", previno.
Así las cosas, han sido muchas las voces que han dado la alarma sobre la situación en el norte de Siria, en particular en las zonas que están fuera del control de Damasco. "En el noroeste de Siria, donde cuatro millones de personas reciben apoyo humanitario, ya había una situación de emergencia", ha advertido el portavoz de UNICEF, James Elder. "Las comunidades allí se enfrentan al brote de cólera, a un invierno brutal y, por supuesto, al conflicto aún en curso", ha subrayado.
"La comunidad internacional debe movilizar inmediatamente recursos para apoyar los esfuerzos de rescate y rehabilitación en el norte de Siria", ha reclamado por su parte el subdirector para Oriente Próximo de Amnistía Internacional, Aya Majzoub. "El Gobierno sirio debe también permitir que la ayuda llegue a todas las áreas afectadas por el terremoto sin restricción", ha defendido.
"NO POLITIZAR" LA AYUDA
A su vez, el portavoz de OCHA, Jens Laerke, ha lanzado un mensaje claro: "Es imperativo que todo el mundo vea esto como lo que es, una crisis humanitaria en la que hay vidas en juego". Por ello, ha rogado que "no se politice" la cuestión sino que se permita que "la ayuda llegue a las personas que la necesitan desesperadamente".
En este contexto, el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, ha desvelado este miércoles que las autoridades sirias han solicitado formalmente ayuda de emergencia a la UE a través del Mecanismo de Protección Civil europeo.
"Hemos compartido esta petición con los estados miembro y pedimos que contribuyan con la asistencia requerida", ha señalado el comisario esloveno, quien ha detallado que la ayuda consiste en asistencia para mejorar las tareas de rescate y búsqueda de personas atrapadas, además de material médico y alimentos. Está por ver ahora si los estados miembro acceden a hacer llegar dicha asistencia.
A su vez, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha recalcado que Estados Unidos hará llegar ayuda a Siria a través de las ONG que trabajan en el país pero no a través del régimen de Al Assad. "Esos fondos irán por supuesto al pueblo sirio, no al régimen", ha aseverado.
Por contra, el ministro de Exteriores sirio, Faisal Mikdad, denunció el martes que las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países occidentales están impidiendo la llegada de ayuda y recalcó que estas medidas "han exacerbado el desastre". Así, descartó las afirmaciones desde Washington sobre que las sanciones no afectan a la ayuda humanitaria.
Por ello, Mikdad reclamó a los estados miembro de Naciones Unidas, al organismo internacional y a organizaciones no gubernamentales que "echen una mano y apoyen los esfuerzos sirios para hacer frente a este desastre humanitario". "Muchos países hermanos y amigos --entre ellos Irán, Irak o Emiratos Árabes Unidos (EAU)-- han respondido a la llamada y aviones con ayuda humanitaria han llegado a los aeropuertos de Damasco, Alepo y Latakia", remachó.