MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Entre estos miles de afganos hay intérpretes y contratistas teóricamente capacitados para ingresar en Reino Unido al cumplir los criterios de la llamada Política de Realojamiento y Asistencia para Afganistán (ARAP).
De los 4.600 afganos capacitados, algunos han encontrado ya refugio en otro país, pero muchos siguen atrapados en su tierra y atemorizados ante la posibilidad de que los talibán ignoren la presunta amnistía a los colaboradores internacionales que declararon los propios fundamentalistas tras su retorno al poder en agosto de 2021.
Es más, el informe del comité dirigido por el diputado conservador Tobias Ellwood apunta que ahora mismo hay 72.269 solicitudes en curso de afganos que piden asilo en Reino Unido en estas circunstancias, si bien una "amplia mayoría" no cumplen las condiciones del ARAP y verán rechazada su petición, según una respuesta del Ministerio de Defensa británico.
El comité ha confirmado que al menos 6.600 afganos ya han sido admitidos en el país a través de este programa pero no ha dudado en señalar numerosos problemas que afectan a los 4.500 aproximadamente que siguen esperando. El panel cita una "falta de preparación" ante el gran número de solicitudes, lo ha desembocado en "retrasos en el procesado de peticiones y errores en la toma de decisiones al respecto".
Estos problemas están provocando un alto grado de estrés entre los solicitantes, agravado por la falta de comunicación con las autoridades pertinentes mientras los diputados locales se ven inundados por cartas de los familiares en Reino Unido de los afganos afectados, que están exigiendo una solución al respecto.
Es más, asociaciones que hacen campaña por el alojamiento de los colaboradores afganos, como la Alianza Sulha, denuncian que el Ministerio del Interior británico está rechazando peticiones previamente aprobadas por el Ministerio de Defensa, una expresión de la tensión entre ambas carteras, a raíz sobre todo del endurecimiento de las leyes migratorias británicas que pretende ejecutar el primer ministro británico, Rishi Sunak, y la ministra del Interior, Suella Braverman.
En un comunicado recogido por el diario 'The Guardian', la alianza denuncia una "aproximación desestructurada" a una crisis que ha dejado literalmente a antiguos colaboradores afganos y a sus familias a la intemperie porque algunos de ellos habían llegado incluso a vender sus casas entre perspectivas de una extracción inmediata a Reino Unido, jamás efectuada.