MERIBEL, Francia (AP) — Salvo por algunas ligeras capas, no ha nevado significativamente en los centros turísticos franceses que albergan el Campeonato Mundial de Esquí Alpino desde mediados de enero.
Y no hay nieve en el pronóstico a largo plazo.
En cambio, el clima ha sido perfectamente despejado, soleado y, sí, frío. Pero a partir de la próxima semana, cuando se vaticina que un frente cálido se desplace sobre las elegantes localidades de Courchevel y Meribel, se prevé que la temperatura se eleve muy por encima del punto de congelación y comience a derretir las superficies de carreras perfectamente cuidadas que los organizadores han preparado principalmente con nieve artificial.
Lidiar con temperaturas cálidas y la falta de nieve ha sido una constante esta temporada en los Alpes para la Federación Internacional de Esquí y Snowboard (FIS, por sus siglas en francés), y parece que ahora la palabra de la Madre Naturaleza y del calentamiento global tiene el mismo peso que la del órgano rector del deporte en lo que respecta a decidir cuándo y dónde celebrar carreras.
El clima cálido y la falta de nieve anularon casi un mes de carreras al comenzar esta temporada, el entrenamiento de pretemporada en glaciares europeos que se están derritiendo se encamina a la extinción, y el impacto del cambio climático en el calendario está siendo palpable incluso en enero.
“Hay una amenaza muy real para lo que conocemos y amamos del invierno”, dijo la destacada esquiadora estadounidense Mikaela Shiffrin. “Realmente nos enfrascamos en nuestro mundo y las medallas y las victorias y los récords y todo. Pero lo que esperamos es poder disfrutar del esquí, de los deportes de invierno y la recreación invernal durante muchos, muchos años por venir. Y eso está amenazado en este momento”.
Durante casi tres décadas, la FIS ha iniciado la temporada del Campeonato Mundial de Esquí Alpino a finales de octubre con un fin de semana de carreras en el extremo superior del glaciar Rettenbach en Soelden, Austria. La idea no es sólo llamar la atención hacia el circuito de carreras, sino también motivar a los espectadores y consumidores a pensar en reservar sus vacaciones de invierno y comenzar a comprar esquís, botas y otros equipos.
Toda la industria del esquí en Europa se apoya en la carrera para impulsar sus ventas.
Los slaloms gigantes de Soelden comienzan a una altitud de 3.040 metros (casi 10.000 pies) y terminan a 2.670 metros (casi 9.000 pies).
No obstante, a pesar de esas altitudes tan elevadas, el clima cálido y lluvioso obligó a cancelar la carrera femenina en Soelden esta temporada, mientras que la carrera masculina del día siguiente se llevó a cabo sólo después de un extenso trabajo de reparación de la pista de Rettenbach.
Luego, se suponía que el circuito se celebraría durante fines de semana consecutivos de carreras de descenso en una nueva pista, incluso a mayor altitud, que conecta Zermatt, Suiza, con Cervinia, Italia, la cual aún está en construcción por parte de las federaciones de esquí suiza e italiana, a un elevado costo.
Los dos fines de semana de carreras en Zermatt-Cervinia quedaron anulados debido a la falta de nieve, y lo mismo ocurrió con las carreras del siguiente fin de semana en Lech-Zuers, Austria.
A fin de cuentas, la temporada femenina inició con un mes de retraso en Levi, Finlandia, por encima del Círculo Polar Ártico.
Pero las cancelaciones continuaron en medio de un invierno caracterizado por una carencia drástica de nieve en toda Europa: una carrera de baja altitud en Zagreb, Croacia, tuvo que ser cancelada; e incluso las carreras programadas para enero en Garmisch-Partenkirchen, Alemania —el complejo bávaro que fue sede de los Juegos Olímpicos de 1936— tuvieron que realizarse en otra parte.
Y no es sólo este año. Temporada tras temporada ha habido problemas para realizar las carreras por falta de nieve. Las mejoras en las capacidades de producción de nieve permiten que se celebren muchas carreras incluso cuando no hay nada de nieve natural —un ejemplo de ello son los Juegos Olímpicos de Beijing del año pasado, donde las pruebas de esquí se disputaron completamente sobre nieve artificial—, pero los esquiadores y entrenadores dicen que se necesitan cambios radicales en términos de calendario y selección de los centros turísticos de esquí donde se celebran las carreras.
“Hay un enfoque muy tradicional para las carreras del Campeonato Mundial que hemos visto en lo que respecta a las asignaciones de sedes y hacia dónde vamos. Y con tanta tradición, parece que hay renuencia a cambiar”, dijo Paul Kristofic, entrenador en jefe del equipo de esquí femenino de Estados Unidos. “Pero lo que vemos en el terreno año tras año, si has practicado esto los años suficientes, son épocas muy, muy difíciles para ciertos organizadores, tan sólo por la altitud".
“Estamos viendo glaciares que retroceden y en muy mal estado si se tiene un año con poca nieve o temperaturas tremendamente cálidas en el verano”, agregó Kristofic. “Muchas veces ahora estamos viendo menos nieve en Sudamérica (durante el entrenamiento de pretemporada), inviernos realmente cálidos aquí, o condiciones extremas en las que hace calor y luego nevará dos pies (60 centímetros) y luego también tienes un gran caos”.
Un estudio de caso reciente distribuido por la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas reportó una amenaza de “riesgo moderado a alto” para los deportes de invierno en sólo 13 años para Cortina d’Ampezzo, el complejo turístico italiano que será sede de las carreras femeninas de esquí en los Juegos Olímpicos de Milán-Cortina d’Ampezzo 2026, y es la carrera emblemática del circuito femenino anual.
El estudio muestra una “reducción de la ventana de tiempo para la fabricación de nieve con miras a la temporada de esquí y toda la temporada de esquí en sí”, escribió Carlo Pappa, uno de los autores del estudio, en un correo electrónico a The Associated Press.
Kristofic cuestionó las fechas elegidas para el calendario de carreras.
“¿Por qué dejamos de competir en marzo cuando las condiciones son excelentes? Y no obstante tratamos de realizar estas carreras a mediados o finales de octubre, noviembre, en lugares que se están volviendo más cálidos y donde es más difícil hacerlas”, señaló Kristofic. “Reconocemos que hay una industria gigantesca y un negocio detrás que respalda nuestro deporte, así que desde luego que esas son piezas que deben ser tomadas en cuenta. Pero por la salud de nuestra gira y nuestro deporte, creo que el liderazgo de la FIS definitivamente necesita comenzar a ver cómo podemos ajustar esto para que tenga sentido”.
Hasta ahora, la FIS sólo ha dado pequeños pasos. Ya no hay eventos urbanos que se celebren en pistas artificiales construidas sobre andamios gigantes ni dentro de instalaciones para saltos de esquí en lugares como Múnich, Estocolmo y Oslo. Las carreras femeninas anuales programadas para Maribor, Eslovenia —con una altitud en la meta de sólo 340 metros (1.115 pies)— fueron trasladadas al centro turístico esloveno de Kranjska Gora antes de esta temporada después de tres años consecutivos en que la carrera fue mudada al mismo sitio a la mitad de la temporada debido a la falta de nieve.
“Los (centros turísticos) de menor altitud, tan sólo desde (un punto de vista de) probabilidad de (organizar) competencias, probablemente ya no deberían ser sede de esas carreras”, dijo la esquiadora estadounidense Lindsey Vonn en una entrevista en enero. “Vi una (toma de una) cámara web de Maribor, donde me encantaba competir, y todo es césped”.
Vonn sugirió realizar más carreras de hombres y mujeres en los mismos centros turísticos para reducir los gastos.
Dada la crisis energética relacionada con la guerra en Ucrania, la Federación Italiana de Deportes de Invierno decidió mudar una carrera de esquí de fondo del Campeonato Mundial —programada originalmente para Milán el mes pasado— a Livigno para evitar tener que accionar cañones de nieve en la ciudad.
“Tenemos que ser cautelosos con lo que estamos haciendo, eso está claro”, dijo Peter Gerdol, director de carreras femeninas de la FIS. “Pero al mismo tiempo estamos utilizando pistas turísticas, que muchos centros turísticos de esquí tienen que usar para sus propios fines durante algunos periodos, por lo que no siempre es posible ir en cualquier momento y a cualquier lugar. Tenemos que hacer que este rompecabezas funcione de alguna manera”.
Con el objetivo de crear conciencia sobre el cambio climático, los esquiadores estadounidenses en el Campeonato Mundial visten trajes de carreras de color azul y blanco que muestran la imagen de trozos de hielo que flotan en el océano. Es un concepto basado en una foto satelital de icebergs que se parten debido a las altas temperaturas. El traje fue diseñado en colaboración con la organización sin fines de lucro Protect Our Winters (Protege Nuestros Inviernos), conocida como POW.
“La sencilla verdad del asunto es que no puedes esquiar sin nieve y cada año nos acercamos más y más a eso”, dijo Travis Ganong, esquiador de descenso estadounidense y embajador de POW. “Realmente queremos hacer que nuestro organismo organizador llegue a ser líder en esta lucha contra el cambio climático y actualmente no creo que estemos siendo líderes. No sé si es el calendario o qué (es lo que la FIS) pueda cambiar, pero cuando menos que comience a analizar en profundidad lo que estamos haciendo actualmente y cómo podemos hacerlo mejor”.
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Willemsen reportó desde Soelden, Austria.