La abogada de un ranchero de Arizona que está detenido bajo una fianza de un millón de dólares afirmó que su cliente no mató a tiros a un mexicano cuyo cadáver fue encontrado en su propiedad el mes pasado cerca de la frontera de Estados Unidos con México, sino que ese mismo día efectuó disparos de advertencia contra contrabandistas que portaban fusiles AK-47 y grandes mochilas en sus tierras.
Una solicitud de la defensa presentada la semana pasada en la corte de justicia del condado Santa Cruz pide que la fianza de un millón de dólares fijada en el proceso contra George Alan Kelly sea reducida o retirada. Kelly, de 73 años, seguía detenido el lunes en la prisión del condado Santa Cruz por el homicidio del 30 de enero.
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La audiencia preliminar del caso está fijada para el lunes 20 de febrero.
Brenna Larkin, la abogada designada por la corte para representar a Kelly, señaló en su solicitud que su cliente “admitió haber realizado disparos de advertencia contra los contrabandistas ese mismo día, pero negó haber disparado contra alguna persona”.
“No cree que ninguno de sus disparos de advertencia pudiera haber alcanzado a la persona o causado la muerte”, continuó. “Todos los disparos que hizo el señor Kelly en la fecha del incidente fueron en defensa propia y justificados”, aseveró.
El rancho de Kelly se encuentra en las afueras de Nogales, Arizona, en el área de Kino Springs.
La víctima, Gabriel Cuen Butimea, vivía al otro lado de la frontera, en Nogales, México. Los expedientes judiciales estadounidenses muestran que Cuen Butimea fue condenado por entrada ilegal y deportado a México varias veces, la última en 2016.
Hasta el momento, el consulado mexicano en Nogales no ha respondido las varias llamadas en busca de información adicional sobre Cuen Butimea.
