En el Bosque de Chapultepec se localizaron 21 osamentas en diversos estados de conservación, así como otros restos óseos, pero no se trata de algún hecho de violencia que haya ocurrido recientemente, sino al hallazgo de un cementerio del periodo del virreinato temprano, entre los años 1521 a 1620 en el área donde se construyen el Jardín y el Pabellón Escénico del proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura.
Los trabajos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se concentran en la zona conocida como “estacionamiento ecológico” en las inmediaciones de Campo Marte; Lourdes López Camacho, coordinadora de salvamento arqueológico explicó que este hallazgo fue posible por un pozo de sondeo con lo que se detectaron los restos óseos a poco más de un metro de profundidad.
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La recuperación de los restos se llevó a cabo en las timas tres semanas, corresponden a adultos femeninos y masculinos y a un par de infantes, la investigación revela que los entierros se realizaron en tres momentos distintos durante el primer siglo después de la caída de México-Tenochtitlán.
También se detectó que se conjugan dos ritos funerarios, el primero de la fe cristiana porque los cuerpos se colocaron con los brazos cruzados pobre el pecho o la pélvis, pero dos más fueron colocados en forma flexionada y de costado como marcaban los ritos mesoamericanos; otro par de individuos portaban un sello y una navajilla de obsidiana verde, ambos prehispánicos.
“Este entierro colectivo corresponde a un cementerio del virreinato temprano, porque muestra la transición de las costumbres funerarias prehispánicas a las implementadas con la llegada de los españoles y su sistema religioso”, dijo la arqueóloga.
Añadió que de este cementerio no había ninguna referencia, como sí lo había de un panteón que estaba en lo que fuera el atrio de la iglesia del pueblo de indios de San Miguel Chapultepec, en los alrededores del Jardín de los Leones, en la Primera Sección del bosque.
Jorge Talavera González, coordinador de la Sección de Bioarqueología de la DSA, realizó el primer reporte científicos de los huesos, el cual sería complementado con estudios, entre ellos de ADN, las características epigenéticas de algunos individuos permite identificarlos como amerindios, debido a la forma de sus piezas dentales en forma de pala.
Respecto a sus condiciones de salud, los especialistas del INAH explicaron que esas personas hipoplasia, es decir, desarrollo incompleto de tejidos y órganos; desgaste dental por choque de dientes, desgaste del esmalte y la estructura dental, sarro, inflamación del periostio (vaina fibrosa que cubre los huesos), procesos infecciosos, enfermedades relacionadas con la desnutrición.