PARÍS (AP) — Francia se preparaba el jueves para su quinto día de protestas y huelgas nacionales contra una reforma de las pensiones que es la medida estrella del segundo mandato del presidente, Emmanuel Macron.
Se esperaba que esa nueva ronda de acciones causara menos problemas que las anteriores, ya que el metro de París operaba con normalidad y la mayoría de las escuelas no se veían afectadas.
Por otro lado, un paro de trabajadores ferroviarios afectaría a los trenes TGV de alta velocidad y a los trayectos regionales. Se esperaba que casi un tercio de los vuelos se cancelaran en el segundo aeropuerto más transitado de París, Orly, y el tráfico se vería interrumpido también en los aeropuertos regionales.
La propuesta de reforma de las pensiones ha desencadenado el debate más agrio en años en la Asamblea Nacional, y el proceso estaba envuelto en incertidumbre.
Las tensiones en el parlamento se veían avivadas por la impopularidad de una reforma que subiría la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años, y requeriría que la gente hubiera trabajado al menos 43 años para tener derecho a una pensión completa, entre otras medidas.
El influyente sindicato CGT también tenía la vista puesta en el 7 de marzo, cuando los sindicatos pedirán una huelga general para paralizar Francia. El grupo espera recabar apoyos de trabajadores de basura, lo que podría hacer que la basura se se amontonara en las calles francesas.
