ZARAGOZA, 17 (EUROPA PRESS)
La directora general de Patrimonio Cultural del Ejecutivo aragonés, Marisancho Menjón, ha expresado que se trata del tercer busto que integra el conjunto formado por san Valero, san Vicente y san Lorenzo. Estos fueron encargados a plateros de la ciudad francesa de Avignon a finales del siglo XIV como un regalo del Papa Luna para la Seo. "Los tres son una auténtica joya de nuestro patrimonio", ha apostillado.
Menjón ha asegurado este viernes en declaraciones a los medios de comunicación que la restauradora Susana Navarro ha realizado un "trabajo magnífico" y una "labor impecable".
Por su parte, el director de Patrimonio Artístico de las Catedrales del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, Ignacio Ruiz, se ha referido a esta restauración como prioritaria, ya que "el deterioro de los siglos habían hecho mella en ellos".
Ha apuntado que estos tres bustos cuentan con "una importancia capital" porque son objetos de devoción pública que están ubicados habitualmente en el retablo mayor de alabastro policromado y dorado de la Seo. En estos momentos, el de san Valero, tras su restauración, permanece expuesto en una vitrina para que el público en general pueda contemplarlo de cerca, y en unos días, volverá a ser colocado con los otros dos.
Se trata de una obra perteneciente al Cabildo de la Catedral de El Salvador de Zaragoza, popularmente conocida como la Seo y declarada Bien de Interés Cultural desde 1931, que además está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte de la Arquitectura Mudéjar de Aragón desde 2001.
CONJUNTO GÓTICO
"Son obras artísticas de mucha importancia para la Catedral, porque sobre todo son relicarios", ha afirmado Ruiz, al tiempo que ha explicado que los tres contiene distintas reliquias. El busto de san Valero guarda en su interior el cráneo del santo. Mientras que el de san Vicente alberga parte de la tela de la túnica famosa que se llevaron los francos durante uno de los sitios que sufrió la ciudad. Por su parte, el busto de san Lorenzo, a la altura del pecho, protegida por un cristal, se encuentra un trozo de la mandíbula del santo.
Con este trabajo se culmina la recuperación del conjunto escultórico de orfebrería compuesto por estos tres relicarios que representan los bustos a tamaño natural del obispo zaragozano san Valero, restaurado por la Fundación 'Las Edades del Hombre', con motivo de la exposición celebrada en 2021 en la catedral de Burgos y la de su diácono san Vicente, restaurado en 2021 por el Gobierno de Aragón.
La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, ha indicado que con gran probabilidad, el busto de san Valero podría ser el retrato del propio Papa Luna.
La importancia de estos relicarios radica también en haberse convertido en el modelo de numerosos bustos, denominados "testas" en la documentación histórica, de los siglos XV y XVI conservados en diversas iglesias aragonesas.
PROCESO DE RESTAURACIÓN
La restauración, que ha durado alrededor de dos meses y medio, se ha llevado a cabo en las propias dependencias de la Seo por motivos de seguridad del busto, ya que según ha manifestado Ruiz, los bustos están aclimatados a la humedad del templo zaragozano, y al estar hechos de metal, este material podría haber sufrido con los posibles cambios de temperatura.
La restauradora Susana Navarro ha expresado que ha sido "un gran honor poder restaurar estas magníficas piezas de orfebrería únicas en Aragón y en Europa".
El objetivo ha sido es precisamente recuperar el brillo y la luminosidad propias de los metales nobles, en este caso, la plata y la plata dorada, y frenar el deterioro de la policromía del rostro del santo, y al mismo tiempo, devolverle su expresividad, ha especificado Navarro.
El estado de conservación deficiente que presentaba la obra se debía al habitual fenómeno de sulfuración de la superficie de la plata, así como a las numerosas faltas de policromía de su rostro y cuello, que dejaban a la vista la capa preparatoria y en algunas partes también la plata sulfurada subyacente. A través de estas faltas en las carnaciones, oscurecidas por acumulaciones de humos de velas y oxidación de barnices aplicados, también se podían apreciar distintas repolicromías aplicadas en distintas épocas para cerrar lagunas anteriores.
El tratamiento de restauración se ha centrado en la limpieza y consolidación del bien para recuperar su belleza, lo que ha permitido realzar el brillo dorado o plateado perdido y, una vez limpia y fijada la policromía, se ha completado la reintegración volumétrica y cromática de las lagunas.
Para llevar a cabo estas actuaciones ha sido necesario desmontar todos los elementos que componen la pieza, con el consiguiente siglado y localización de los mismos en los gráficos correspondientes, una operación que ha permitido limpiar su interior y asegurar la estabilidad de la obra.
BUSTO RELICARIO DE SAN LORENZO
El busto de san Lorenzo, una singular pieza gótica está ejecutada en plancha de plata dorada y en su color, repujada, cincelada y grabada, con aplicaciones de piedras preciosas y esmaltes en los tetralóbulos del cuello de la dalmática, además de elementos decorativos o estructurales de fundición como cabujones o engarces.
Por otro lado, se utilizó pasta vítrea para los ojos del santo y policromía en las carnaciones del rostro y el cuello, con capa de preparación previa para dotarlo de un mayor realismo.
La estructura interna del busto relicario se compone de un alma de madera y descansa sobre una base o peana en chapa de plata, repujada e incisa con elementos de fundición --arquería gótica, tornillos pasantes con cabezas de margarita, aplicaciones vegetales, ángeles con escudo de los Luna, entre otros-- y restos de esmaltes azul cobalto en el fondo de las inscripciones góticas y en la citada arquería.
El expositor de las reliquias tiene forma de ventana con piedras engarzadas en el marco y contiene un texto con la descripción de la reliquia ósea y un vidrio transparente que permite su visualización.